Anathem, de Neal Stephenson

The World of Anathem

Curioso que los libros tengan trailer. Pero parece ser que Anathem, el último de Neal Stephenson, no és el único y que se trata de una costumbre cada vez más habitual. Y después de verlo (que no lo había querido hacer hasta acabar con el libro) pues… la verdad es que, aunque un poco ‘cutre’ (ya sabemos que estas cosas son caras, pero ya puestos…) no está mal como aperitivo de la novelita (ni 900 páginas tiene, lo que es novela en sí: viniendo del ‘tour de force’ del ciclo barroco, una bagatela, básicamente).

Como apunta Stephenson aquí arriba, uno de los ‘juegos’ del libro, ambientado en una realidad paralela con una especie de conventos dedicados a la ciencia (que no a la religión), es que juega con el idioma, hablando de ‘concentos’ y ‘avotos’, por ejemplo, algo que, sin duda, tendrá distraído y de los nervios a partes iguales a su traductor habitual, el ‘blogger’ Pedro Jorge.

Por lo que respecta a mi opinión del libro… no llega a ser ni el Cryptonomicon ni Snow Crash ni La Era del Diamante… pero no está lejos y, desde luego, está muy por encima del demasiado largo y ya citado Ciclo Barroco. Si hablamos de estilo literario, la cosa coge ritmo con una velocidad inusitada en la obra del autor y apenas pierde fuelle a lo largo de la historia. Y las reflexiones sobre tecnología, ciencia, filosofía de la ciencia y el comportamiento humano, si bien son obvias y explícitas, a mí en particular me han gustado bastante. Recomendable sin duda para los acérrimos y para los fans de la ciencia ficción en general. Ahora que se lleva el best seller histórico, el escenario del libro tampoco será difícil de leer para el gran público aunque, a veces, la reflexión y la ciencia pueden resultar un poco indigestos. Pero vaya, que yo ya estoy haciendo cola para cuando publique la próxima historia :-).

Lecturas veraniegas…

Un poco tarde el 16 de agosto para recomendar lectura para el verano, pero nunca se sabe… En InsideTech tienen una lista de 50 libros que todo geek debería leer. Dejando de lado la ciencia ficción (donde hago un meritorio 8 de 11 (y por qué Microsiervos está entre esos 11 es algo que habría que meditar…)) hay biografías, diseño (para informáticos), historia (este queda añadido a mi cola), criptografía (de nuevo, me gustaría saber porque han metido el Criptonomicón aquí, en lugar de en la categoría de ciencia ficción, pero vaya, y los otros dos también van a los pendientes), desarrollo de software, «filosofía» (probablemente incluso sin comillas; puedo recomendar The Long Tail y In the Beginning was the Command Line)…

Quizá la sección más interesante, sin embargo, sea la última, de lecturas gratuitas, donde apuntan a versiones online (y «legales») de algunos de los títulos: Flatland, las mac-anécdotas e historias de Revolution in the Valley, el denso pero interesante In The Beginning Was The Command Line (Stephenson mete en la lista, además, el ya citado Criptonomicón y Snow Crash, con lo que es el autor más popular de la lista), los dos libros de Lawrence Lessig (inevitablemente bajo licencia Creative Commons), Code Version 2.0 y The Future of Ideas y el inevitable y seminal The Cathedral and the Bazaar.

Que aproveche…

Las editoriales también innovan en la red

Desde que vi el otro día un libro electrónico soy más consciente de que los problemas de la digitalización que tanto han afectado a las industrias del cine y el disco se les viene encima ahora a las editoriales… (Nótese que hablo de las industrias, y no de los sectores culturales, ¿eh? Que no conviene confundir churras y merinas: lo que está en crisis es la venta y alquiler de contenedores físicos para música y cine. Esto afecta muy directamente a los autores, pero sobre todo a los mercaderes que han vivido muy bien mucho tiempo de la creatividad de otras personas…).

Lo dicho: el libro electrónico aún no es perfecto, pero están en ello y no están muy lejos. Y una vez que sea tan cómodo cargar y leer un libro de papel como uno electrónico (con la pequeña diferencia de que en este último cabe una biblioteca) el problema de «replicar es gratis» les va a caer encima a las editoriales. Uno sospecha que el libro de bolsillo puede acabar sufriendo lo mismo el destino que ya casi nadie niega para el CD (la jungla amazónica lo agradecería mucho, como mínimo) aunque, desde luego, la edición en tapa dura de un cierto nivel de cuidado, o los libros «de lujo», al menos de momento, están lejos de las posibilidades de las pantallas OLED (uno era bastante escéptico, y sigo siendo un enamorado del papel, pero también he pasado de comprar muchos CDs a comprar unos cuantos vinilos y descargar mucha música de la red, la mayoría legalmente).

Parece, eso sí, que autores y editores han visto «mesar las barbas del vecino» y están dando pasos para proteger su negocio sin, de momento, tocar las narices del consumidor que les sustenta:

  • Primero tenemos al autor Neil Gaiman, que ha decidido celebrar el séptimo aniversario de su blog (un millón de palabras escritas, ahí es nada, documentando el proceso de creación, explicando batallitas de giras promocionales y colgando enlaces de aquellos que no tienen desperdicio) ofreciendo la descarga gratuita de uno de sus libros. Y como no sabía cuál elegir, deja la elección al público (dejénme asegurar que he leído seis de los ocho candidatos y se trata de libros que (i) se han vendido y se venden divinamente y (ii) no están nada mal).
  • En segundo lugar, Harper Collins publicará en su web unos cuantos libros de forma gratuita (para su lectura en la página, no para descargar). Incluyendo unos cuantos títulos de Pablo Coelho que, aunque no sea santo de mucha devoción en esta casa, es, como Gaiman, un autor de best sellers más que consagrado.
  • Finalmente, Reuters cuenta que Random House pretende estimular la venta de algunos de sus nuevos títulos poniendo a la venta digitalmente capítulos sueltos, aunque de momento no se especifican más detalles.

Editoriales y escritores cuentan con la experiencia acumulada de otras industrias, pero de momento hay que felicitarles por dar pasos adelante mucho antes de que la cosa adquiera dimensiones dramáticas.

Interface, de Neal Stephenson

Se me olvidaba. Ayer me acabé de leer Interface, un libro que publicó Neal Stephenson hace unos años, bajo seudónimo, y que se ha reeditado no hace mucho bajo su verdadero nombre (aprovechando, imagino, que ahora es un autor de listas de éxitos). Se trata de un thriller político con elementos de ciencia ficción que entretiene lo suyo, y hasta hace pensar. Dentro de la bibliografía de Stephenson recuerda bastante a Zodiac, y contiene los elementos habituales en la línea del autor: humor, personajes ‘geek’ bien trabajados y páginas por un tubo. Se lee bien, como se podía esperar dado que me lo he acabado en poco tiempo (cuando salí de Barcelona iba por la página 60, y me parece recordar que tiene del orden de 600).

Si hay que recomendar programa doble, yo lo combinaría con Pattern Recogition, de William Gibson.

Y ahora sí que me callo (o no).

Neal Stephenson en Slashdot

Para aquellos miembros de la audiencia que (i) tengan un nivel aceptable de inglés (ii) sepan quién es Neal Stephenson y (iii) no se hayan enterado por otros medios (sospecho que el subconjunto es más bien pequeño) la entrevista a Neal Stephenson en Slashdot es de obligada lectura.