Browser wars, OBM edition

Cuota de navegadores en OBM para los últimos doce meses. IE ha pasado en 12 meses de más de 62 a menos de 56; Firefox se mantiene más o menos constante entre el 31 y el 32. Chrome sube de poco más de 2 a más de 8; el resto de navegadores presenta pocas variaciones

Google Analytics no presenta los datos de evolución de cuota de navegadores en una web de manera sencilla (o al menos yo no lo he sabido encontrar) y, por tanto, aunque me provocaba bastante curiosidad saber cómo avanzaban las «browser wars» en OBM, hasta ahora me había dado pereza mirarlo. Pero hoy ha ganado la procrastinación y me he dedicado a hacer el «apasionante» ejercicio de copia-y-pega. Y parece que la cosa está más o menos clara: Explorer ha perdido la friolera de 7 puntos, Firefox se mantiene más o menos constante y Chrome es el exitazo del año, ganando más de 6 puntos, mientras que Safari, Opera y el resto de jugadores no consiguen despegar, aunque tampoco bajan del 1%, y el ‘top three’ suma siempre más del 95% del mercado.

Tómese el respetable el ejercicio con toda la precaucion que desee: (i) OBM no tiene mucho tráfico (poco más de trescientas mil visitas en los doce meses considerados) y, sobre todo, (ii) las únicas estadísticas relevantes son las que se refieren al sitio del que estemos hablando, que el demográfico de cada uno es personal e intransferible. Aun así, me voy a permitir el lujo de concluir que Chrome, para sorpresa mía, no le ha robado cuota a Firefox, pero sí le está haciendo un agujero más que notable a IE…

¿Algún voluntario contribuye sus propios datos?

Diseñando el iPod Touch XXXXL

Clase, vamos a hacer un ejercicio de diseño. Vamos a coger el iPod Touch y vamos a construir el modelo XXXXL. Veamos las especificaciones del iPod Touch (64 gigas, precio USA 399 dólares):

  • 110 × 61.8 × 8.5 milímetros,
  • 115 gramos de peso,
  • disco flash de 64 gigas,
  • Wi-Fi (802.11b/g), Bluetooth 2.1 + EDR,
  • pantalla (multitouch) de 3.5″ y resolución de 480×320,
  • duración de la batería: 6 horas (reproduciendo vídeo),

¿Requisitos? Os tiene que caber una pantalla (multitouch) de 9.7″, 1024×768. Esto es, el triple por el lado corto, unas 2,665 veces más grande por el lado largo (es lo que tiene pasar del 3×2 al 4×3). O lo que es lo mismo, unas 8 veces más grande en superficie. Os dejo, además, que sea bastante menos densa (bajando de 163 a 132 píxels por pulgada). Veamos el resultado de Esteban…

  • Me ha salido en 242.8 × 189.7 × 13.4 milímetros. Esto es, un poco más del triple por el lado corto, 2,2 veces por el lado corto. Esto es, un poco más de 6,6 veces más grande de superficie. Cierto que no le he puesto ni un botón más, pero está bastante bien, ¿no, «señu»? [Sí, Esteban, muy bien]
  • Se me ha ido a 680 gramos de peso. Es decir, menos de 6 veces el peso. Que quiere decir que «sólo» he tenido unas 5 veces más peso para la electrónica, el disco y la batería… [Muy bien, Esteban. ¿Y qué has hecho con esas cinco veces más?]
  • No le he mejorado el Bluetooth (porque no se podía), el WiFi ahora es 802.11 a/b/g/n, el procesador es mucho más potente (¡podrá correr aplicaciones mucho más chulas!), me ha cabido en el hardware un decodificador de vídeo 4 veces mejor, he dejado el disco exactamente igual y la vida de la batería ha pasado de 6 a diez horas. Eso sí, de disco flash no le he puesto ni un bit más, que me cobraban mucho en China por los de 128 gigas… [Bastante bien, Esteban. ¿Y qué precio le has puesto a tu iPod Touch XXXXL?]
  • Creo que voy a pedir por él sólo 300 dólares más. Ni siquiera el doble… (por el de 32 pediré exactamente el doble, eso sí, pero… ¿quién va a comprar un cacharro así con sólo 32 gigas?) Por cierto, «señu», he decidido llamarle iPad, que iPod Touch no me gustaba demasiado.

Pues bien, Esteban, te vamos a poner un notable alto. Lo has hecho muy bien, pero no nos has dejado con la boca abierta. Y si llegas a ser el presidente de la mejor compañía de electrónica del mundo, igual habríamos tenido que decidir entre el notable raspado y el aprobado…

PS Muy chulo, el anuncio de hoy. Pero revolucionario, revolucionario, lo que se dice revolucionario… una vez quitado el casco RDF, yo creo que no mucho.

PPS Se me ha olvidado que le han puesto un GPS al XXXL… Cambiémosle la nota a Esteban por un notable alto…

Y a mí que no me parecen bien algunas webs de enlaces…

Tenía esta entrada en la cabeza desde hace tiempo. Tanto como el que ha pasado desde que suscribí el manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet (y de esto hace ya cerca de mes y medio)… Finalmente, hoy me decido a hablar de lo que creo que debería ser castigable en la red. Vayamos por pasos…

En primer lugar, no tengo nada en contra del P2P, principalmente por dos motivos:

  1. Quien comparte algo, lo que sea, digital, en una red P2P, no lo hace para lucrarse (y, en la práctica, invierte en el esfuerzo un ancho de banda de subida que, en este país al menos, se paga a precio de oro). [De hecho, sí hay quien intenta sacar tajada: los que comparten archivos con contraseña e intentan obtener un rescate por esta… pero la ‘comunidad’ ya se encarga de ‘lincharles’ adecuadamente (o al menos lo hacen las comunidades por las que me muevo/he movido)]
  2. Si bien opino que las discográficas y distribuidoras de cine pierden ingresos a través del P2P,
    1. también estoy seguro de que nadie se cree sus cifras de pérdidas (al fin y al cabo, si Pixbox ofrece todo su catálogo por 6 euros al mes, difícilmente va a poder defender la industria que nadie que se descargue música le perjudique en más de esos 6 euros mensuales, a no ser que demanden de la misma forma a Pixbox, menos la tajada que se lleven)
    2. los que me preocupan son los creadores, no los intermediarios. Y a los creadores no parece que les vaya tan mal, últimamente
    3. a pesar de que a las industrias del disco y el DVD no les guste acordarse de ello, hay industrias que sufren más los efectos de la ‘piratería’: como mínimo la industria del videojuego y la subindustria de la triple equis. Y curiosamente a estos no se les oye escudarse en la pobre excusa del P2P para solicitar la ayuda de las arcas públicas ni de del ejecutivo, el legislativo ni el judicial: dedican sus esfuerzos, de manera bastante más inteligente, a buscar nuevos canales de distribución, nuevos modelos de negocio… y a perseguir a los piratas industriales.

Y ahí es donde me duele el tema de las webs de enlaces (que, como recordaba Miquel Peguera, no son delito, y seguirán sin serlo mientras no se cambie la legislación española sobre propiedad intelectual).

  1. Las webs de enlaces no son P2P: son una cosa centralizada, nada de entre iguales, tienen un responsable o responsables.
  2. En las webs de enlaces sí hay lucro (o, como mínimo, sí es fácil ver cómo puede haberlo).
  3. Ningún usuario de P2P le puede hacer suficiente daño a la industria como para que esta se inmute, pero la acción de una web de enlaces sí (o al menos eso cree aquí su humilde y poco informado servidor).

¿Todas las webs de enlaces son, por tanto, tan nocivas como para merecer el cierre administrativo? No, desde luego que no. Para comenzar, es esencial respetar los derechos que nos garantiza la Constitución y el resto de leyes en vigor. Y nada que implique el cierre de una web debería hacerse sin pasar por el sistema judicial. Naturalmente. A pesar de lo cerriles (tercera acepción del DRAE) que puedan resultar determinados legisladores. Y exaltarse porque alguien pueda intentar colar algo así en una ley presuntamente inofensiva me parece muy natural.

Ahora bien, no sé quién dijo que si había que elegir entre la incompetencia o la mala fe cuando algo parece hecho con muy mala baba uno debía inclinarse siempre por la primera opción, pero tenía muchísima razón. En este caso, no lo dudo, había una dosis más que notable de mala fe, puesta por el ‘lobby’ de las «industrias culturales» (si esas dos palabras juntas no son el mejor ejemplo posible de oxímoron, no sé cuáles pueden serlo (estoy seguro de que existen militares inteligentes)). Pero esa era la mala fe (y la ignorancia necesaria) de intentar acabar con el P2P, no la de atentar contra la libertad de expresión: que el redactado del celebérrimo «Anteproyecto de Ley de Economía sostenible» permita usarlo para atentar contra ese derecho fundamental es un accidente motivado por la incompetencia de (¿casi?) todos los implicados en el desaguisado. Sé perfectamente que es una cosa no demostrable (los culpables serán los primeros en defender su competencia, demostrando por el camino su falta de ella), pero como todo el mundo tiene derecho a una opinión, yo me reservo la mía ;-).

Y entonces… ¿cómo lo resolvemos? Confesando de nuevo mi desconocimiento casi total de la materia (que me temo que no es mucho mayor que el de muchos de los que han dado ya su opinión sobre el tema, especialmente aquellos que han hecho mucho ruido) a mí me atrae poderosamente el concepto de «safe harbor» que se incluye en el título segundo de la muy criticada (con razón) Digital Millennium Copyright Act, que protege a los prestadores de servicios de la legislación si se comprometen a comportarse como ‘puertos seguros’ y bloquean de manera diligente los contenidos que infringen la legislación sobre propiedad intelectual al ser notificados de tal infracción (con las esperables garantías para poder alegar). Introduciendo [bien] algo así en la legislación española, las webs de enlaces se dividirían rápidamente en las ‘especialistas en materiales más allá de la legislación de propiedad intelectual’ (que estarían jugando con fuego) y el resto del mundo (permitan que opine, de nuevo, que el resto del mundo se iba a demostrar muy escaso). Y a la industria le bastaría, para amargar la vida del webmaster de turno, con apostar a un francotirador (sirve un administrativo mileurista medianamente formado) sobre la tecla de F5 del navegador: nuestro hipotético webmaster no tiene un pelo de tonto y sabe bien cuándo el ‘torrent’ de turno es el último disco de Alejandro Sanz (y, por tanto, le conviene retirar el enlace a la voz de ya) y cuándo se trata de un material potencialmente más nocivo pero más allá del alcance de las leyes del copyright.

Una legislación así (esto es, ilegalizando cierto tipo de webs de enlaces y protegiendo los «puertos seguros») no iba a parar el P2P (he dicho ya que no tengo nada en contra de este, me parece recordar), ni [suponiendo una buena redacción y su posterior buena aplicación, que no es poco suponer] tampoco atentaría contra la libertad de expresión. Pero a los «piratas industriales» sí les iba a desinflar el negocio. Y eso, qué quieren que les diga, no me parece mal…

XSS en algunos temas de WordPress

Hace un par de días un compañero de trabajo me avisaba de que la web de Mosaic, en la que hago «más o menos» de responsable técnico tenía un problema de XSS (inyección de código) en el formulario de búsqueda.

Alarmado, rápidamente actualicé la versión de WordPress a la 2.9.1, pero no conseguí solucionar el problema. La prueba era fácil, poniendo este sencillo script en el formulario de búsqueda

<script>alert("hola");</script>

Se abría un cuadro de diálogo de alerta.

Hoy, con tranquilidad, me he dedicado a investigar. El error se produce sólo en algunos blogs de WordPress, no en todos. Por tanto no es un problema del gestor de contenidos.

Después de algunas pruebas y algunos cambios, el error ha aparecido. Es un problema de algunos temas de WordPress y es muy fácil de arreglar. En el formulario de búsqueda de los temas que tienen la vulnerabilidad podemos ver algo parecido a esto:

<label for="s"><input type="text" name="s" id="s" size="50" maxlength="200" value="<?php echo get_search_query(); ?>" /></label>

El problema es el echo del código php. Eliminándolo se elimina el problema. Fácil :)

Actualización: Tal como apuntan Javier y Oscar en los comentarios, el problema no es tanto del echo (que permite mostrar la cadena buscada) como el hecho que no se filtre adecuadamente get_search_query().

Por tanto, tal y como propone Javier, en vez de eliminar el echo la solución más elegante es <?php echo htmlentities(get_search_query()); ?>

Disney KeyChest: ¿interoperabilidad y DRM?

Esperar algo bueno de la Walt Disney Company en cuanto a propiedad intelectual es algo que no esperaríamos la mayoría de los mortales (al fin y al cabo, es uno de los principales culpables de las incomprensibles extensiones del copyright cada vez que los primeros cortos de Mickey Mouse están a punto de ‘caer’ en el dominio público) pero parece ser que su iniciativa KeyChest va por el buen camino…

Uno de los principales problemas del DRM (si no el principal problema) es la absoluta falta de interoperabilidad: si compro un episodio de televisión en iTunes voy a tenerlo que ver en el ordenador o en un iPod o un iPhone. De la misma forma, si me bajo música de Pixbox, no voy a poder reproducirla jamás en un iPod. Obviamente, la solución es matar el DRM: un MP3 comprado en iTunes sonará en todos los ordenadores y reproductores en que lo cargue. Pero si bien en cuestiones musicales la industria ya ha cruzado ese Rubicón, también es cierto que, por un lado, los modelos de alquiler y similares (Spotify, Pixbox…) tienen un sentido y que, por el otro, en el audiovisual la industria (con Disney a la cabeza) no parece demasiado dispuesta a acabar con el DRM.

Una vez [tristemente] descartada la opción del fin del DRM, parece que la única otra alternativa es la de fomentar, tanto como sea posible, la interoperabilidad: tecnologías y acuerdos entre propietarios de derechos, distribuidoras y fabricantes de dispositivos para permitir que el esquema de DRM de un fabricante amplíe el espectro de dispositivos en que se pueden reproducir sus contenidos a los de la competencia. Y ese es el juego al que parece que quiere jugar Disney con KeyChest. En un momento en que, como sucedió en el mundo de la música, la caída de ingresos por el canal DVD/Blu-ray no se ve compensada por el aumento de los canales digitales, parece de cajón que la industria debe dar un paso adelante (o pasito, que el de verdad sería, insisto, la abolición del DRM).

Como siempre, a pesar del músculo de la Disney y sus propiedades mediáticas, un esquema así depende para su éxito de los ‘partners’ que se consiga invitar a la fiesta. Como era inevitable, KeyChest nace con un competidor, DECE, que tiene un ‘club de amigos’ bastante envidiable: Fox, Lionsgate, NBC Universal, Paramount y la Warner por lo que respecta a proveedores de contenidos y Motorola, Panasonic, Samsung, Sony y Toshiba en el campo de los fabricantes de dispositivos…

Habrá que seguir a la espera, pero parece que la industria parece, a cambio de no firmar el fin del DRM, dispuesta a aflojar un poco sus grilletes…

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