(Al que me haga una broma sobre el título y Massiel lo destierro del blog :-P)
Esta mañana andaba yo en la conferencia de Chris Anderson en la European Ecommerce Conference (lo contaremos con más detenimiento en Mosaic un día de estos). Está promocionando su próximo libro, Free, y comentando cómo las rebajas en los costes de proceso, almacenamiento y ancho de banda andan posibilitando nuevos modelos de negocio… y esta noche me entero de la existencia de Lala.com, que podría ser un ejemplo paradigmático de su libro. Como cuentan en Wired y en Ars Technica, por ejemplo, Lala es una tienda de música (disponible únicamente en Estados Unidos, mucho me temo) que parece que haya llegado a revolucionar a medias el mundillo… Y es que el precio de cada canción es de… 10 céntimos de dólar. Eso: una rebaja del 90% sobre la todopoderosa (o no tanto, que como comentan en Wired, se calcula que las ventas de iTunes apenas representan un 3% de la música que hay en los iPods que corren por ahí).
¿Hay trampa? Sí, desde luego: la música solo es escuchable en ‘streaming’ (sí, el modelo «in the cloud» se lleva mucho esta temporada) a 128 kilobits (no encuentro información sobre si funciona desde el móvil, pero debería). Con lo cual, hablamos más bien de un modelo que no es ni compra ni alquiler, sino «caduca si la tienda cierra», y el histórico demuestra que, efectivamente, las tiendas cierran y dejan tirados a los usuarios. Y, desde luego, si no hay internet, no hay música. Y si nos hemos pasado del ancho de banda de la tarifa pseudoplana de la conexión 3G, pues casi que mejor olvidarnos de que existe. Se puede comprar «de verdad» la canción por 89 céntimos (79 si ya has abonado los 10) con ‘bitrates’ de al menos 256 kilobits, eso sí.
¿Pero qué ofrecen además? Pues algunas cosillas bastante atractivas:
- La primera es gratis:
- Puedes reproducir todas y cada una de las canciones del catálogo (que, por cierto, es de unos nada desdeñables 6 millones de pistas, incluyendo ‘indies’ como Matador o Beggar’s Group) una vez, en su totalidad, sin más. Si no pasas de los primeros treinta segundos, además, no cuenta. Solo con esto, Lala se coloca en primera posición (en Estados Unidos, claro) de los sitios en que descubrir música.
- Toda tu discoteca, en la red, también gratis:
- Esta suena más interesante. Al estilo de mp3.com, un programa que te descargas repasa toda tu música y (i) si la tienen en el catálogo, la incluyen en tu cuenta (ii) si no, la suben a tu ‘discoteca personal en la nube’. En cualquier caso, gratis. Y después sincroniza lo que añadas. ¿Qué pasa con el DRM? Según dicen, si la canción la tienes con DRM subirla no la vas a poder subir pero, si está en el catálogo, te la activan igual (dicen, explícitamente,
Even iTunes FairPlay files can be matched and legally added to your Lala collection
). Faltaría, eso sí, comprobar qué pasa con la música de alquiler (y ahora mismo no me apetece engañarles con un proxy para probarlo)…
Sin esas dos características, Lala no llegaría ni a la línea de salida. Pero con esos dos puntos extra (sobre todo el segundo, muy interesante para los que podríamos llenar algún que otro disco Blu-Ray con la discoteca)… Atraídos por la posibilidad de subir la discoteca a la nube con el servicio ‘free’ podemos quedar fidelizados (qué palabro más feo) y acabar pasándonos a Lala como tienda principal…
Habrá que prestar atención (y cruzar los dedos para que logren salir de Estados Unidos, primero, y aterrizar en España, después).