Los tres jinetes del apocalipsis [web]

Los lectores y participantes en conferencias saben que cuanto más escribo y hablo de estándares web, más señalo que en realidad no existen. Retrocedamos un momento: ¡no necesitaríamos un movimiento por los estándares web si hubiese estándares! Seguimos haciendo el mejor trabajo del que somos capaces para llegar a un estándar de calidad y profesionalismo. Pero tristemente, a pesar de una década o más de evangelismo de los estándares web, nos enfrentamos a la posibilidad de perder la influencia ganada en estos años.

Así comienza Molly Holzschlag su último artículo en A List Apart, Web Standards 2008: Three Circles of Hell, en el que pasa lista a los ‘sospechosos habituales’ del mundo de los estándares web, los académico-científicos del W3C, los grupos de trabajo independientes como WCAG Samurai, el WHATWG, The Web Standards Project o el Web Standards Group y las empresas independientes proponentes de sus propias tecnologías, como Adobe, Microsoft, Apple o Google. Y sus pros y sus contras (que todos los tienen).

Lectura muy interesante para todos los interesados en una perspectiva general de por qué el mundo de los estándares es tan caótico, de dónde venimos y a dónde vamos…

Opera Web Standards Curriculum

Supporting the Opera Web Standards Curriculum: Learn to build a better Web with Opera

Recurso de obligado añadido a los favoritos del navegador: Opera Web Standards Curriculum, un curso que de momento tiene 23 artículos (hay unos 30 más «en cola») sobre desarrollo web con estándares, incluyendo HTML, CSS, teoría y principios de diseño y los fundamentos de JavaScript. Teniendo en cuenta que acaba de salir, obviamente apenas le he echado una ojeada, pero parece muy interesante. ¿Alguien se apunta a traducir? ;-)

Cómo «desromper la web» (II)

A principios de mes comentábamos como el equipo de desarrollo de Internet Explorer se había hecho atrás en su decisión de no activar por defecto el motor de rendering de páginas de Internet Explorer 8, usándolo solo para aquellas páginas que lo pidiesen explícitamente, tras el tremendo alboroto que dicha decisión había provocado en las filas de los «estandaristas», comunidad a la que, precisamente, Microsoft pretende agradar expresamente con el lanzamiento de IE8.

Comentábamos entonces que la decisión tomada para «no romper la web», implementada en la primera beta pública del navegador, era incorporar un botón «Emular IE7» que el usuario puede pulsar en cualquier momento. Una vez pulsado, IE8 pasará a comportarse como IE7, eliminando los problemas que pudiera causar algún hack pensado para IE7 al pasar por el motor de IE8. Y nos quedamos tan panchos. Pero en segunda consideración, la solución tampoco nos parece fantástica: una vez pulsado el botón y revertido el comportamiento de la versión 8 a la de la 7… el nuevo e inmaculado motor de rendering quedará enterrado para no resucitar jamás, casi con total probabilidad. Así que… ¿para qué tomarse tanto esfuerzo en diseñarlo, en primer lugar? Podría argumentarse que Microsoft debería cambiar el botón a un «Emular IE7 para este sitio web». Sería una mejora, desde luego, pero obligaría a tener en ejecución dos motores simultáneamente, lo que resulta en un inútil derramamiento de recursos del ordenador y, además, también condenaría a muchas páginas a vivir para siempre sin los beneficios de IE8.

Ahora me apropio (o robo, mejor dicho) una idea de hermanito: podemos suponer (habría que verificarlo, naturalmente) que la mayoría de páginas que rompen IE8 pero no IE7 (esto es, las que asustan a los desarrolladores de Explorer) lo hacen pasándole unos cuantos «hacks» bastante poco respetuosos con los estándares… después de olerse que el navegador es Explorer. La página pasada al resto de navegadores (no solo Firefox, sino también Opera, Safari y demás) no contiene toda esa «basura nociva». Con lo cual, bastaría cambiar el «user-agent» de IE8 para solucionar buena parte del problema. Hasta ahora Internet Explorer se identifica con una cadena del tipo Mozilla/4.0 (compatible; MSIE 7.0; Windows NT 5.1; bgft). Poner, por ejemplo, Mozilla/4.0 (compatible; IExplorer 8.0; Windows NT 5.1; bgft) no dificultaría apenas distinguir el navegador de Microsoft de todo el resto y ayudaría a poner un poco de orden en todo este embrollo.

Estoy seguro de que la solución tampoco es óptima, pero no deja de ser una propuesta…

De estándares web y auriculares marcianos

Hay gente que escribe divinamente. Uno de ellos es Joel Spolsky. Y lo último que ha escrito, Martian Headsets, es un análisis divertido pero bastante profundo y muy imparcial del inmenso problema que tiene Microsoft con Internet Explorer. Un problema que en buena parte se ha buscado la propia Microsoft, pero que tiene muchos puntos de contacto con los motivos por que Netscape, el navegador, no llegó nunca a ver una verdadera versión 5. Algo que hace pensar que es un problema al que se tendrán que enfrentar, tarde o temprano, todos los navegadores. Y que, además, es bastante insoluble. O sea que mejor fijarse con atención en cómo lidia Microsoft con el toro y tomar notas por si en el futuro nos hacen falta los apuntes.

De lectura más que recomendable para todo aquel que quiera hablar de estándares web. Y obligatoria para todo aquel que quiera hablar del tema conmigo :-P.

WebSlices. Un poquito de «web semántica» en Explorer 8

Mientras me bajo la beta 1 de Internet Explorer 8 nevego un poco por el Internet Explorer 8 Readiness Toolkit. Una vez solucionado el problema de los estándares, creo que pocos van a discutir que IE8, con su renovado respeto por la interoperabilidad, puede ahorrar muchos dolores de cabeza a los desarrolladores web (aunque, la verdad, de momento no creo que abandone Firefox)…

De las novedades que trae el invento me quedo con las Webslices (literalmente, «lonchas de web»). ¿De qué se trata? De marcar trozos de una página web de forma que IE8 (pongan en marcha los cronómetros para ver cuándo se lanza la extensión equivalente para Firefox) los reconozca y se suscriba a ellos, presentándolos al usuario de forma independiente al resto de la página. ¿Y eso para qué? Pues para hacer un «pseudo-push» de contenidos sin hacer uso de RSS. Un uso muy rudimentario sería marcar la primera entrada de la «home» de un blog y obtendríamos una funcionalidad muy similar a la del RSS. Para encontrar usos más interesantes tendremos que pensar en contenido de páginas web que se genere automáticamente pero que no tenga RSS. ¿Pero eso no consumirá mucho ancho de banda? Pues depende. El navegador tendrá que descargar todo el HTML de la página. Pero podrá ahorrarse, por ejemplo, todas las imágenes u otros objetos que no estén dentro de la «webslice»… ¿Las gracias, más allá de lo obvio? Al menos tres:

  • Para el funcionamiento (explicado aquí), tiran de microformatos y de un nombre de clase. Y los microformatos «molan» :-).
  • Las ‘webslices’ son absolutamente transparentes para los navegadores que no las soporten.
  • Se trata de una novedad que tanto Opera como Safari (y demás navegadores Webkit) o Firefox (y otros ‘Mozillas’) pueden implementar vía plugin en cuestión de horas y, si la cosa funciona, incorporar a su base de código sin apenas esfuerzo.

Vale, los dos últimos puntos son de cajón, pero… ¡estamos hablando de Microsoft! :-P

Si además es cierto que soportan de verdad CSS 2.1 (y que están con CSS3) y las mejoras del DOM y para AJAX anunciadas son significativas (habrá que leerlo con más detenimiento), IE8 puede contribuir a hacernos creer que el equipo de desarrollo de Explorer «se lo curra», a que desarrollar para la web sea un poco menos doloroso y a facilitar un goteo de pequeñas innovaciones en los navegadores que fluyan con facilidad de una familia a otra…