(Esto es una traducción, bien intencionada aunque seguro que imperfecta, del artículo Web Standards 2008: Three Circles of Hell, de Molly E. Holzschlag, aparecido en A List Apart el 23 de septiembre de 2008, de acuerdo con el permiso que se da aquí. Nótese, además, que las ideas de la autora se parecen en algunas cosas a las del traductor, pero la coincidencia no es total.)
La culpa es la cura, cúralo todo
— Mike Doughty
Los lectores y los participantes en conferencias saben que cuanto más escribo y hablo de estándares web, más señalo que, en realidad, no existen. Demos un paso atrás por un momento: ¡no necesitaríamos un movimiento por los estándares web si los hubiese! Seguimos haciendo el mejor trabajo que podemos para llegar a un estándar de calidad y profesionalismo. Pero, tristemente, a pesar de una década o más de evangelismo de los estándares web, nos enfrentamos a la posibilidad de perder la influencia que hemos ganado estos últimos años.
Compartiré aquí algunas de mis opiniones sobre la problemática y las influencias constructivas de la mayoría de gente que trabaja hoy en los estándares web. Os reto a contraargumentar estos pros y contras desde vuestro punto de vista y a discutir sin buscar culpables cómo hacer avanzar la web protegiendo a la vez los ideales y buenas prácticas que tanto apreciamos.
(Esto es una traducción, bien intencionada aunque seguro que imperfecta, del artículo Web Standards 2008: Three Circles of Hell, de Molly E. Holzschlag, aparecido en A List Apart el 23 de septiembre de 2008, de acuerdo con el permiso que se da aquí. Nótese, además, que las ideas de la autora se parecen en algunas cosas a las del traductor, pero la coincidencia no es total.)
La culpa es la cura, cúralo todo
— Mike Doughty
Los lectores y los participantes en conferencias saben que cuanto más escribo y hablo de estándares web, más señalo que, en realidad, no existen. Demos un paso atrás por un momento: ¡no necesitaríamos un movimiento por los estándares web si los hubiese! Seguimos haciendo el mejor trabajo que podemos para llegar a un estándar de calidad y profesionalismo. Pero, tristemente, a pesar de una década o más de evangelismo de los estándares web, nos enfrentamos a la posibilidad de perder la influencia que hemos ganado estos últimos años.
Compartiré aquí algunas de mis opiniones sobre la problemática y las influencias constructivas de la mayoría de gente que trabaja hoy en los estándares web. Os reto a contraargumentar estos pros y contras desde vuestro punto de vista y a discutir sin buscar culpables cómo hacer avanzar la web protegiendo a la vez los ideales y buenas prácticas que tanto apreciamos.
Los sospechosos habituales
La frustración lleva con facilidad a señalar con el dedo. Pero la culpa, pese a que el cantante y poeta Mike Doughty nos diga que es la cura, cúralo todo
, sabemos que no lleva muy lejos.
Pero eso no significa que no sea justo echar una ojeada a las fuerzas del diseño y el desarrollo de ‘front-end’, especialmente en relación con el HTML y el CSS. Es especialmente cierto para los que creemos que la web nos pertenece a todos y no a ninguna compañía, gobierno u organización de otra clase.
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