«En cinco años esto desaparece. No habrá ni canciones ni música» (sic)

Así titula (sin el ‘sic’) El País su noticia sobre 200 personas manifestándose (sí, la noticia tiene algo más de dos palabras por manifestante, o aproximadamente una palabra por cada cuatro firmantes del manifiesto que han presentado…) para exigir medidas proteccionistas para la venta de discos (ellos afirman que la música)…

Las declaraciones que hablan de esta entrada son de Luis Eduardo Aute. Faltaría ver en qué se basa el señor Aute para hacer tales declaraciones. Informarse de cómo va el negocio de la música es complicado en todas partes, como pasa siempre que las cosas están en manos de los lobbies. Pero para que la música se acabe en cinco años, el panorama español debe ser muy diferente al británico… Y es que hace unas semanas uno de los blogs del Times, Times Labs Blog miraba los números del país de los Beatles y, curiosamente, no le acababa de salir un panorama tan desolador…

Gráfica de los ingresos derivados de la música en el Reino Unido de 2004 a 2008. Desglosados en el texto
¿Mal para la música o para las discográficas?

Veamos, desglosados, los cinco apartados de la gráfica:

  • En primer lugar tenemos los ingresos por ventas de discos que se han llevado las discográficas. Que, efectivamente, se han despeñado, casi un 27%, en el periodo, desde más de 1,000 millones de libras a menos de 800.
  • En segundo lugar tenemos los ingresos por directos que se llevan los artistas. Que, curiosamente, se han disparado, algo más del 70%: de 430 a 730 millones anuales.
  • En tercer lugar tenemos lo que recauda PRS (una SGAE británica) por reproducción en lugares públicos, que también ha subido, un 27%, de 420 a 535 millones anuales.
  • En cuarto lugar, lo que han perdido los artistas por ventas de discos: como las discográficas, casi el 27%. A diferencia de ellas, de un pastel «un poco» más pequeño: de 152 a 112 millones anuales (¿Cómo? ¿Que los artistas se llevan 7 veces menos que las discográficas por sus discos vendidos? Qué cosas…).
  • Finalmente, los ingresos de los promotores de conciertos por la música en directo, que han subido un 70%, de 48 a 81 millones de libras al año.

Sumando, los artistas en reino Unido han pasado de ingresar 583 millones de libras anuales en 2004 a 844 millones en 2008, para un incremento de casi el 45%. Distribuido, eso sí, a los que se van de bolo en bolo, más que a los que viven del fenómeno «greatest hits»…

Y, en global, la industria musical británica, a pesar del diabólico P2P, se mantiene poco más o menos constante, alrededor de los dos mil millones de libras anuales (faltaría incluir el «merchandising», claro, que algo me dice que tampoco ha bajado, pero no hace falta que seamos tan malos con los «pobres» señores de las discográficas):

Los datos anteriores, acumulados, indican que los ingresos por música en Reino Unido se mantienen aproximadamente constantes de 2004 a 2008
Pero... ¿no habíamos quedado que las cosas iban fatal?

Es probable que en España, dada la absoluta falta de transparencia que padecemos, nunca sepamos cómo les va realmente a los músicos. Pero, a falta de luz y taquígrafos, voy a sospechar que la cosa se mueve por derroteros como los británicos (aunque a escalas mucho más pequeñas, desde luego) y que la cacareada «ley de la música» es, más bien, una «ley de las discográficas» patrocinada por dos mil músicos que o no están muy bien informados o no están dispuestos a irse de bolo (si es porque están cansados de todo o porque ya no llenan, tampoco lo sabremos nunca).

¿Qué te juegas, Teddy?

La legislación en temas de propiedad intelectual tiene múltiples problemas (quiero pensar que si fuera fácil ya estaríamos todos de acuerdo), pero el que me parece primordial es el de contraponer los intereses de múltiples partes: los generadores de propiedad intelectual —compositores, escritores…— por un lado, que tienen todo el derecho del mundo a lucrarse todo lo que puedan con su creación, los que pretenden forrarse a base de vender tecnología, ya sea de acceso a la red como de electrónica de consumo y telecomunicaciones, el público en general y los defensores de la cultura (haberlos haylos, parece ser). Y la guida del pastel es que es prácticamente imposible medir quién gana, quién pierde y cuánto, con cada medida que se toma. Ello redunda en docenas de informes pseudocientíficos en la mayoría de los casos y cada cual se acaba creyendo el que le interesa y viendo la paja en el ojo ajeno… cosa que no está mal si uno es parte interesada, pero que es intolerable en quien escribe la ley.

Hasta ahora, tristemente (o no), no hemos dispuesto de laboratorios en los que comprobar si, efectivamente, el descenso de ventas de entradas de cine y discos (por poner los dos ejemplos ubicuos) se deben a los piratas que son muy malos, a los discos y a las películas que son los que son muy malos, a que el público prefiere el producto en directo al enlatado o, desde luego, a la gripe porcina nueva. Servidor prefiere creer que los motivos 2 y 3 tienen mucho más peso, que el 4 tiene su aquel y que los efectos del 1 no son negligibles pero que las industrias del ¿disco? y el cine los han exagerado con gusto… Pero hasta ahora tampoco tengo las narices de decir que los informes que he visto, ni siquiera los que acababan apoyando mi punto de vista, fuesen sólidos. Y es que la investigación en ciencias sociales es muy jodida y aislar variables resulta prácticamente imposible. ¿Cómo montar un grupo de control? ¿Cómo validar realmente las hipótesis? Ese repunte en las ventas… ¿se debe al cierre de un sitio P2P de mucho tráfico o al disco nuevo de la banda de turno?

Pero dos noticias de los últimos meses han convertido Europa en un maravilloso laboratorio para investigar los efectos del P2P sobre las industrias culturales:

  • El uno de abril se ponía en marcha en Suecia una directiva que, efectivamente, se cargaba el anonimato en la red: los proveedores se ven obligados a identificar las IPs de los usuarios de redes P2P a petición judicial. No queda lugar para la hipocresía: el día siguiente el tráfico sueco en la red caía nada más y nada menos que un 50% (en Ars Technica).
  • Por otro lado, en Francia, y muy a pesar de la Unión Europea, el doce de mayo se aprobaba la ley de los tres avisos: tres ‘infracciones P2P’ y te quedas sin acceso a internet por pirata. La cosa no está en vigor, si no me equivoco, pero me sorprendería muchísimo que ‘Sarko’ (consorte de una señora que vende discos, no lo olvidemos) no la pusiera en marcha… Y nadie se sorprenderá, espero, cuando esa puesta en marcha venga acompañada de un descenso del tráfico P2P francés en la línea del sueco.

Pues bien, una vez montados nuestros laboratorios francés y sueco, podremos coger los históricos de ventas de los diferentes países de la UE, buscar cuáles son los que tenían tendencias ‘pre-legislación’ más similares a suecos y franceses, coger los siguientes doce meses de ventas y responder a la pregunta del millón: ¿tiene un efecto significativo la legislación «dura» del P2P en la venta de discos y películas? ¿Lo suficientemente importante como para compensar los efectos negativos que tal legislación tiene sobre las industrias tecnológicas y la innovación? ¿Bastante como para renunciar a derechos fundamentales como el derecho a la intimidad?

Yo apuesto, desde luego, a que no. Pero si la realidad prueba mi error, me rendiré y aceptaré que recorten mis libertades y mi intimidad en la web, por muy derechos fundamentales y constitucionales que sean. Claro que, a cambio, si resulta ser que no era para tanto, igual la SGAE (y las discográficas, la RIAA, la MPAA, CEDRO, y demás entidades de moral dudosa, cuando menos) debería callarse y dejar de tocar las narices al personal de una vez por todas y aceptar que, sencillamente, es su modelo de negocio el que ha caducado y que mejor se dedican a buscarse la vida de otra forma (comenzando por dejar de estrujar de esta forma a artistas como a consumidores) y se van con el ‘lobby’ a otro lado.

¿Hay huevos, Teddy?

Un eco de la ‘sentencia Merodeando’

(Para los que no sepan de qué va el título, más información.)

¿Qué pasa cuando un juez lanza una sentencia que obliga a todo blogger a hacer de policía de los comentarios de su blog? Pues que todas las entradas bendecidas con una buena posición en las páginas de resultados de los buscadores son susceptibles de escrutinio y, si los comentarios no gustan, puede caer carta del bufete de abogados de turno exigiendo la retirada de los comentarios y amenazando con una denuncia en el caso de no hacerlo. Es el caso de *gonzolog, que explica en su última entrada como a Vocento Mediatrader no le gustaban los comentarios de una entrada sobre una oferta de trabajo que publicaron hace ya mucho tiempo (los interesados pueden encontrar tanto la entrada como los comentarios en la caché de Google y comprobar que tampoco era para tanto la cosa…).

En fin. Que uno entiende que los abogados tengan que ganarse el pan, sí, pero que la cosa me parece una tremenda exageración, por no entrar en lecturas más profundas, que el tema me provoca dolor de estómago…

Contra el canon, Europa sin fronteras

Si la Comisión Europea se sale con la suya, el efecto del canon va a ser que cierren todas las tiendas de informática de este país… Y es que, según cuenta ElPais.com, Bruselas eliminará las fronteras para las compras por Internet (o más bien lo intentará, si hacemos más caso del texto del artículo que de su título) con lo que, en un negocio de márgenes tan bajos, seguro que será más barato comprar un ordenador sin canon a 1,000 kilómetros de aquí que con canon en la tienda de la esquina. Y que nadie dude que las grandes tiendas online europeas comenzarán a montar ordenadores con teclados y sistemas operativos en castellano tan pronto como la cosa esté en marcha…

PS Que conste que a mí, un canon bien gestionado no me parece malo necesariamente. Eso sí, el que nos han enchufado, de bien gestionado, nada. (Un canon bien gestionado, (i) no lo gestiona una entidad privada y (ii) establece algún tipo de garantía para que, efectivamente, lo paguen los fabricantes, como controlar los precios de los productos en otros países…)