50 años. ¿Y qué?

So What (Kind of Blue, primera toma) (MP3, 128 kilobits)

Me apasionan los esbozos de obras de arte. Me gustan más los dibujos de los arquitectos que sus edificios. Me emocionan mucho más los pequeños dibujos que hizo Picasso antes del Gernika que el propio Gernika. Pero si algo tiene una magia especial es ese MP3 que abre la entrada. Corría el 2 de marzo… de 1959. Hace nada más y nada menos que 50 años. Nueva York. Manhattan. Un estudio en la calle 30. Miles Davis hace su entrada. Ante él, un repóker de músicos impresionantes: Jimmy Cobb y Paul Chambers al bajo y a la batería, respectivamente, Bill Evans al piano, Cannonball Adderley al saxo alto y un tal John Coltrane en el tenor. Producen Irving Townsend y Teo Macero. No tienen apenas idea de qué van a tocar, solo unos esbozos de escalas y líneas melódicas, porque «así trabaja Miles». Arranca la cinta… y ‘solo’ nace So What (Y qué), probablemente el tema más reconocido y reconocible del jazz. Más tarde, ese mismo día, caerían Freddie Freeloader y Blue in Green. Wynton Kelly, por aquel entonces el pianista habitual de Miles, sustituiría a Bill Evans en uno de ellos.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=EkdxjihGRyI[/youtube]

Volverían al estudio el 22 de abril para grabar un par de temas más, All Blues y Flamenco Sketches (que firmaría Bill Evans con Miles, como ya hiciese con Blue in Green). El 17 de agosto las cinco piezas salían al mercado. Bajo el título de Kind of Blue. Nada más y nada menos que el disco más vendido de la historia del jazz. Antes habían llegado Milestones o Birth of the Cool. Quedaban todavía por llegar In a Silent Way o Bitches Brew. Pero Miles Davis había hecho, de nuevo, historia.

PS 20090817 Para conmemorar los 50 años de la salida al mercado del disco, Slate ha publicado un imperdible Why Miles Davis’ Kind of Blue is so great.

last.fm + yes.fm, lo mejor de 2008

Escucha lo mejor de 2008, según los usuarios de last.fm, en yes.fm.

La plataforma perfecta para escuchar música en la red no existe, qué le vamos a hacer. Todos tenemos nuestras manías y es imposible satisfacer a todo el mundo todo el tiempo. Pero yes.fm se parece tanto a mi solución perfecta… Baste decir que pasaron cinco minutos escasos desde el momento en que ‘pisé’ la web y el momento en que les dí mis cuatro euros para poder usar sus servicios de pago durante un mes (y de ahí pasaremos sin dudar a los cuarenta euros que cobran por un año de suscripción).

Para el que no sepa de qué va, yes.fm es radio musical por internet al más puro estilo ‘freemium’: servicio gratuito de calidad notable y una capa de pago de precio razonable y servicios añadidos interesantes (véase comentario en Error 500, por ejemplo).

Mientras lo de la música digital aún no se universaliza, quizá la prueba más importante que debe pasar un servicio sea la del catálogo: este es un mundo muy complejo y a lo mejor se congela el infierno antes de que veamos a los Beatles en unos y ceros, por ejemplo. Y da fe de la calidad del catálogo de yes el enlace con que abríamos la entrada: ha sido Bon Iver el único artista citado en la lista de last que no estaba en su catálogo (también faltaba el disco de Nine Inch Nails, aunque no ellos, y a Coldplay no les he incluido porque les tengo manía :-P).

¿Le faltan cosas a yes.fm? Desde luego. Mi ‘top three’:

¡No se habla con last.fm!
Hace más de cinco años que soy usuario de last.fm. Conocen mis gustos musicales mejor que nadie. No explicarles qué estoy escuchando en yes me duele.
¿!Dónde está mi widget!?
El enlace del inicio de la entrada no debería ser un enlace, sino un ‘widget’, y deberías haber podido hacer ‘play’ sin salir de obm
¿Y en el móvil?
Ya no pido poder escuchar yes.fm subido en un avión, pero si con orb.com puedo acceder a mis contenidos digitales desde el móvil, ¿por qué no a yes?

No creo que la primera objeción sea muy difícil de solventar: si me dan un RSS con mis últimas pistas reproducidas, la cosa quedará prácticamente resuelta. El segundo y tercer temas me parecen más complicados: debe haber cuestiones legales, y no solo tecnológicas, detrás del tema. Pero tengamos fe: los widgets no pueden estar muy lejos (son una buena plataforma tanto para promocionar como para monetizar, diría yo).

Pese a mis objeciones, sonoro aplauso a yes.fm: de momento son la mejor solución disponible en España, con diferencia, para acceder a la música en la red.

El clip geek de AC/DC

El último clip de AC/DC está disponible en formato XLS...
AC/DC Rock 'n Roll Train

Siempre me han caído bien los «chicos» de AC/DC. Pero desde que han reinventado el formato más geek de la historia para distribuir su último vídeoclip (ASCII art dentro de un documento de Excel) todavía más. El ‘clip’ se puede descargar aquí y, para el que no tenga un Excel a mano, también se puede ver en YouTube (aunque no es lo mismo):

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=h9_YkXHCkgA[/youtube]

Anathem, de Neal Stephenson

The World of Anathem

Curioso que los libros tengan trailer. Pero parece ser que Anathem, el último de Neal Stephenson, no és el único y que se trata de una costumbre cada vez más habitual. Y después de verlo (que no lo había querido hacer hasta acabar con el libro) pues… la verdad es que, aunque un poco ‘cutre’ (ya sabemos que estas cosas son caras, pero ya puestos…) no está mal como aperitivo de la novelita (ni 900 páginas tiene, lo que es novela en sí: viniendo del ‘tour de force’ del ciclo barroco, una bagatela, básicamente).

Como apunta Stephenson aquí arriba, uno de los ‘juegos’ del libro, ambientado en una realidad paralela con una especie de conventos dedicados a la ciencia (que no a la religión), es que juega con el idioma, hablando de ‘concentos’ y ‘avotos’, por ejemplo, algo que, sin duda, tendrá distraído y de los nervios a partes iguales a su traductor habitual, el ‘blogger’ Pedro Jorge.

Por lo que respecta a mi opinión del libro… no llega a ser ni el Cryptonomicon ni Snow Crash ni La Era del Diamante… pero no está lejos y, desde luego, está muy por encima del demasiado largo y ya citado Ciclo Barroco. Si hablamos de estilo literario, la cosa coge ritmo con una velocidad inusitada en la obra del autor y apenas pierde fuelle a lo largo de la historia. Y las reflexiones sobre tecnología, ciencia, filosofía de la ciencia y el comportamiento humano, si bien son obvias y explícitas, a mí en particular me han gustado bastante. Recomendable sin duda para los acérrimos y para los fans de la ciencia ficción en general. Ahora que se lleva el best seller histórico, el escenario del libro tampoco será difícil de leer para el gran público aunque, a veces, la reflexión y la ciencia pueden resultar un poco indigestos. Pero vaya, que yo ya estoy haciendo cola para cuando publique la próxima historia :-).