Chat Control, enésimo intento

Recojo aquí mis notas de leer Chat Control Must Be Stopped, Act Now! Por poco que leas inglés, mejor acceder a la fuente que quedarte con mi resumen. Y si quieres tomarte la molestia de contactar con tus representantes de la UE, aquí tienes una herramienta.

Qué es Chat Control

Una propuesta de legislación europea que pone en riesgo la privacidad de todos en nombre de una presunta protección de los derechos de la infancia (algo que nos preocupa a todos, naturalmente) que va a resultar, en el mejor de los casos, muy poco efectiva. La cosa es especialmente importante ahora mismo, porque este viernes (doce de septiembre) se «pasa de fase» en el proceso, para llegar a un voto que tendrá lugar el catorce de octubre (y, al menos de momento, España se muestra a favor de aprobar Chat Control).

Chat Control haría que todos los proveedores de mensajería (WhatsApp, Telegram y compañía), correo electrónico, redes sociales, hostings y un largo etcétera monitorizasen todas nuestras comunicaciones y ficheros a la caza de material en que se abusa de la infancia. Si se pone en marcha Chat Control, acabaremos con la protección de nuestras comunicaciones y daremos un paso adelante en la vigilancia masiva por parte de los estados, poniendo en riesgo las garantías de la democracia y pasando de regulaciones como la famosa RGPD.

Por qué no funcionaría Chat Control para proteger los derechos de la infancia

Como siempre, mejor ir a las fuentes que leer mi resumen: aquí tenéis el Joint statement on the future of the CSA Regulation de EDRI, una organización para la protección de los derechos humanos, con un montón de otras organizaciones dedicadas a los derechos digitales, los derechos humanos y, sobre todo, organizaciones dedicadas a la protección y los derechos de la infancia, que defienden que hay muchas otras iniciativas que serían mucho más efectivas, como invertir en trabajo social, dar más y mejor ayuda a las víctimas, dar líneas de contacto y soporte, trabajar en prevención y educación, dar más recursos a las fuerzas del orden y trabajar en la seguridad de las TIC. También se señala que hay informes que dicen que la tasa de error de las herramientas de monitorizado que se pondrían en marcha es mucho más alta de lo que uno pensaría, y que vamos a bloquear los servicios existentes con toneladas de falsos positivos, entre otros problemas, y a generar enormes bases de datos de información extremadamente sensible que van a ser una diana jugosísima para muchísimo cibercriminal a la caza de personas a las que extorsionar (sin hablar de los malos usos que puedan hacer de esas bases de datos personas que están dentro de las organizaciones que administren esas bases de datos, claro).

(Insisto de nuevo: mucho mejor leer las fuentes que mi resumen.)

Qué puedo hacer

Ruido, básicamente. Afortunadamente, no será la primera vez que el ruido para propuestas. Como decía antes, esta herramienta ayuda a redactar un mensaje que enviar a tus representantes políticos en la UE. Y dar difusión al tema también ayuda. Seguramente poco, pero ayuda. Después, tener estas cosas en cuenta a la hora de votar, pues igual también es una idea…

En fin. Crucemos los dedos.

Lecturas (2025.II)

Se me acaba el verano (astronómico, que el meteorológico ya se fue), que quiere decir que se va a frenar (aún más, sí) mi ritmo de lectura, o sea que dejo aquí lo que hemos avanzado desde la última vez.

Te pones a leer el segundo (y último, lamentablemente) de la serie de Dirk Gently de Douglas Adams, al cabo de pocas páginas te das cuenta de que ya te lo habías leído, pero Adams escribe tan bien que te lo vuelves a leer, porque a veces es necesario reírse un poco. Extremadamente recomendable. Como la primera temporada de la serie homónima de Netflix, si no la habéis visto (pero negaos en redondo a ver la segunda).

El año pasado me leí (véase) The Maniac, el segundo libro de Banejamín Labatut, me encantó, y ahora me he puesto con el primero, Un verdor terrible… y me plantea dudas. Es tan fácil y atractivo de leer como el otro, y sigue básicamente el mismo esquema: ilustrar con dramatizaciones de hechos reales la fascinación del autor por el genio científico del carácter más dramático y patológico. Si The Maniac se basaba en el genio perverso de John Von Neuman, aquí el núcleo principal es la historia de Erwin Schrödinger (enlazo a la versión inglesa de su artículo en Wikipedia porque la versión en español se salta partes notables, y horribles, de su historia). Y la cosa es que no sé yo si los libros de Labatut acaban romantizando esa figura del genio loco y justificando sus perversiones más allá de lo que sería recomendable :-S. En cualquier caso, que Labatut escribe como los ángeles (a veces caídos), queda más allá de cualquier duda.

Juan José Millás es un crack, eso es un hecho. Este librito (apenas 112 páginas, suficientes para ganar el Nadal de 1990) comienza quizás «poco Millás», pero al poco de empezar la narración del proceso de alienación de la protagonista, las cosas alcanzan la altura y velocidad de crucero y uno no puede soltar el libro hasta el final. Cinco estrellas, o las que haga falta.

Seguimos con la sana costumbre de leer libros de divulgación sobre lingüística, este centrado en los efectos «del interné» sobre el lenguaje (quizás el principal de ellos, dar muchísimo juego a los lingüistas). La autora es, por cierto, una de las cocreadoras del podcast Lingthusiasm. Debo confesar que, estando el libro muy bien escrito y encontrándolo bastante recomendable, no me ha interesado muchísimo en general, probablemente porque está hablando «de mí» y la música me sonaba demasiado. Y aun así, ahora tengo muchísima curiosidad por leer la traducción adaptación al español del libro, Arroba lengua, porque ha tenido que ser un esfuerzo descomunal adaptar un libro así.

Y nos vamos con una novela gráfica un tebeo en formato largo. A Zerocalcare, confieso, lo descubrí cuando tenía Netflix porque me llamó la atención el amarillo Simpsons de sus personajes en la serie Cortar por la línea de puntos (veo que en 2023 sacaron otra serie, Este mundo no me hará mala persona). Maravilloso accidente, porque es un narrador extraordinario, y poca gente explica cómo el paso de la niñez a la adolescencia a la presunta adultez (en masculino, que lo suyo es la primera persona, pero creo que su visión es bastante razonable desde el punto de vista del género, aun sin huir de ese punto de vista masculino). Muy recomendable.

En fin. Al ritmo que vamos, no sé yo si me dará para hacer otro «lecturas» antes de que se acabe el año. Se intentará.

Auriculares para dormir, segundo intento: Soundcore Sleep A30

— A ver… si no has hablado nunca del primer intento.
— Porque fue fallido. Hace un tiempo me apunté al Indiegogo de los Ozlo Sleepbuds, pero no me acabaron de convencer…
— [Googlea.] ¿Más de doscientos euros?
— 😤
— ¿Y estos algo mejor?

Foto de la caja del producto, y de la caja que carga los auriculares, con los auriculares dentro. Tanto la caja de carga como los auriculares son muy similares a los de cualquier otros auriculares 'true wireless'

Sí, estos Sleep A30 me están convenciendo bastante más, aunque no están completamente libres de problemas. Si queréis investigar un poco por vuestra cuenta, aquí el Kickstarter (los 160 euros de la campaña, comparando, fueron muy poco dolorosos), y en Amazon ahora mismo están a 250, y una review en Mashable.

El objetivo

Uno se acostumbró, hace muchos años, a dormirse escuchando la radio. Y a veces no quieres hacer ruido. En otras ocasiones, lo que no quieres es que te afecten los ruidos que tienes a tu alrededor. Los auriculares son la opción obvia en ambos casos, pero para los que dormimos de lado o boca abajo, son cualquier cosa menos cómodos. Unos ingenieros de Bose decidieron hace unos años que unos auriculares «true wireless» lo suficientemente pequeños como para no sobresalir de la oreja (y por lo tanto, no clavársete en ella) serían la solución. De ahí nacieron los Bose Sleepbuds. Al cabo de un tiempo, Bose decidió cancelar el producto porque la cosa no tenía el recorrido económico que exigen a sus productos… y una parte del equipo decidió comprar las patentes y seguir adelante con Ozlo. En paralelo, Soundcore, la marca de auriculares y altavoces Bluetooth de Anker, se animó a sacar su alternativa, en la forma de los Sleep A10, a los que siguieron los A20 y, ahora, estos A30.

No sé con las primeras versiones, pero con las actuales, la idea es que los auriculares pueden usarse conectados al móvil reproduciendo el audio que se quiera, pero que también tienen algo de espacio para almacenar algún archivo de sonido que los auriculares pueden reproducir sin tirar de bluetooth y, por lo tanto, con menor consumo energético. En general, se trata de bucles de sonido ambiente como los que podéis encontrar en multitud de webs (aquí, un ejemplo).

Lo bueno

Si el precio no os marea, la verdad es que, en mi experiencia, casi todo bien, y más aún si los comparamos con los Sleepbuds..

Las cajas de los Sleep A30 y los Sleepbuds. La caja de los Sleepbuds

El primer punto positivo es que los A30 (como sus antecesores A10 y A20) son algo más pequeños que las diferentes generaciones de los sleepbuds, cosa que los hace bastante más cómodos, al menos para las orejas del que suscribe, que nunca se acabó de acostumbrar a los auriculares de Ozlo.

El segundo punto es la cancelación activa de ruido, presente en los A30 (no en los A10 ni en los A20), y que eché mucho en falta en los sleepbuds. No se puede esperar que la cancelación de unos auriculares de botón sea fantástica, y menos aún en estos minúsculos A30. Y no lo es, pero algo ayuda, y se agradece bastante que esté ahí.

Y el tercer punto a destacar es el del software. Para comenzar, en ningún momento me han dado ningún problema para conectarse con mi móvil por Bluetooth, cosa que no puedo decir de los sleepbuds (espero que hayan solucionado el problema desde entonces). Además, en mi experiencia, los auriculares son capaces de detectar en qué momento te quedas dormido para, en ese momento, pasar del audio del teléfono al sonido ambiente que le hayas programado o al silencio, con la ayuda de la cancelación activa de ruido si se desea. Como decíamos antes, esto tiene el efecto, además, de ahorrar bastante batería.

Y, por si fuera poco, con la ayuda de algunos sensores, los auriculares se apuntan a la moda de los wearables capaces de monitorizar tu sueño:

Captura de pantalla de la aplicación. Indica 6 horas 48 de sueño, 7 horas 2 de tiempo en la cama, que me he despertado una vez y una eficiencia del 97 por ciento. También muestra las fases del sueño. Y se ve que hay dos pestañas más, sobre ronquidos y movimiento durante el sueño.
Para mi sorpresa, la app dice que no he roncado esta noche. En cuanto a movimiento durante el sueño… creo que tengo vocación de pollo al ast 😶.

No puedo asegurar la precisión de los datos, pero verosímiles lo son… Y la aplicación también monitoriza el ruido a tu alrededor (ronquidos ajenos incluidos) y sugiere sonidos de su catálogo especialmente adecuados para enmascararlo.


PS 20250904 Comenta David aquí abajo, y tiene toda la razon, que (i) los Sleepbuds son bastante optimistas interpretando los datos de sueño y (ii) que no registran la fase REM. Ambos aspectos son importantes, si te importa la funcionalidad de monitorizado.


¿Y el problema?

El problema, me temo, es inherente a unos auriculares «true wireless» especialmente pequeños y que usas en tiradas de seis horas o más, con lo que cada noche que los uses los vas a dejar prácticamente «sin pilas». Y, así, al ritmo de un uso un ciclo de carga de las baterías… la vida de esas baterías, inevitablemente, va a ser más corta de lo que uno querría. Espero que Anker se haya preocupado de que la caja, que es la responsable de cargar los auriculares (tiene batería para cargar los auriculares para tres noches), lo haga con mimo (confío en ello, de hecho). Y no es que el problema vaya a ser peor que con cualesquiera otros auriculares de este tipo. Pero con estas cosas no hay milagros. (A veces pienso que estaría bien que estas empresas sacaran diademas, que serán mucho más cutres, pero que necesitan una radio, y no dos, y en las que cabe una batería más grande y que necesite menos ciclos de carga….)

El veredicto

Los A30 son un juguete caro (digo yo que dentro de unos meses comenzarán a bajar de precio), pero hacen lo que dicen hacer con bastante efectividad, y la limitación que les encuentro, insisto, es inherente a su categoría de producto. Personalmente, opino que son muy recomendables. Si os apetece comprar en Amazon, aquí un enlace de afiliado.


PS 20250922 Actualizo con enlace a la review de The Verge, que coincide con David en afirmar que las estadísticas de sueño son muy optimistas, pero además incluye pruebas prácticas del enmascaramiento de ronquidos con resultados bastante positivos, entre otras cosas.

Otro lector RSS: Folo (y RSSHub, un servicio para seguir cosas sin RSS)

Hablábamos «ayer» de RSS, y hasta le dedicábamos un rato a los lectores disponibles en el mercado y, ni un mes más tarde, me entero de la existencia de uno nuevo (para mí y para los autores de los artículos sobre lectores RSS que citaba yo entonces, aunque, por lo que veo, ya llevaba un tiempo funcionando…). Lo he explorado poco, y hay cosas que no tengo muy claras, pero creo que vale la pena recoger aquí lo que he visto.

Folo

Captura de pantalla de la aplicación web de Folo. Muestra tres paneles. A la izquierda, un selector de categorías. En la sguiente columna, un listado de entradas, con el favicon del sistio al que pertenecen, su título y, cuando corresponde, una foto. Finalmente, un tercer panel, ocupando dos tercios de la pantalla, con una de las entradas. Destaca un "AI summary" y unos botones "support creator" y "bust feed"

Comencemos por el principio: el lector se llama, como habréis podido imaginar, Folo (dice la wikipedia que Folo era un sabio centauro y amigo de Heracles que murió al ser alcanzado por una flecha perdida disparada por Heracles mientras este cazaba al jabalí de Erimanto, uno de sus doce trabajos).

Folo es de código libre (con licencia GPL, aquí el GitHub) y tiene tanto aplicación web como para Windows, macOS, Linux, iOS y Android (yo, al menos de momento, solo he probado la aplicación web).

Al acceder por primera vez, te da la opción de importar un archivo OPML generado por otro lector de RSS (y apunta a la URL para generarlo desde Inoreader y Feedly, dos de los lectores más populares), con lo que traerse el contenido de otro sitio es tirando a fácil (y de ahí que tengáis una captura bien alimentada de contenido). Y si uno no tiene un OPML a mano, añadir contenido tampoco parece especialmente complicado:

Captura de pantalla. La funcionalidad 'Discover' ofrece las opciones 'Search', 'RSS', 'RSSHub', 'Inbox', 'User', 'Transform' y 'Import'. En 'Search', hemos buscado 'otro blog más' y nos aparece el RSS de este blog
Más adelante volvemos sobre la mayoría de opciones, pero parece que las funcionalidades de búsqueda y de añadir la URL de un canal RSS funcionan de manera satisfactoria.

La interfaz, como podéis ver, es bastante apañada, con soporte para tema claro u oscuro, y permite personalizar la tipografía (tiene hasta la posibilidad de personalizar el CSS que se aplica al contenido). No permite la densidad de contenido a la que se puede llegar con Feedly, pero sí ofrece una vista más compacta que la que tenéis en la captura de arriba:

Otra captura de Folo. Esta vez tenemos un único panel, y en el bloque principal vemos el listado de entradas presentado de manera que se ven hasta una docena de entradas

Más allá de RSS, con RSSHub

A pesar de que el RSS haya vuelto no se haya ido nunca, hoy en día hay muchas otras fuentes de contenidos a las que es interesante suscribirse a través de una aplicación así. Y Folo nos ofrece la posibilidad de suscribirnos a cosas como cuentas de Twitter (no, no voy a dejar de llamarle Twitter: soy un señor mayor), Instagram, el fediverso, y un montón de fuentes más. Y esto lo hacen a través de RSSHub, que es una aplicación (de nuevo de código abierto, esta vez con licencia MIT, aquí su GitHub) que convierte casi cualquier fuente de información en un canal RSS «utilizando una combinación de Git, HTML, JavaScript, jQuery y Node.js». Afortunadamente, ya hay muchísimas conversiones hechas, con lo que no hay que tener conocimiento de esas tecnologías :-).

Además de los ya citados Twitter, Instagram y compañía (y, sí, convertir canales de Twitter, Instagram, u otras empresas privadas, seguramente vulnere sus términos y condiciones, pero de momento parece que funciona y, si deja de hacerlo, tampoco parece el fin del mundo), parece que hay la posibilidad de suscribirse a canales de Telegram, YouTube, Behance, Twitch, todo tipo de actividad de GitHub, o cosas más arcanas, como monitorizado de palabras clave en Google Scholar o toneladas de contenido en chino (parece, o me lo parece a mí al menos, que hay una importante comunidad de usuarios chinos). Por lo que parece, es relativamente fácil montarte tu propia instancia de RSSHub, y Folo tiene la suya… y la posibilidad de usar cualquier otra (la que te despliegues tú, por ejemplo, si te llaman estas cosas).

Y si todo esto fuera poco, si agudizáis un poco la vista con la captura «Discover» de más arriba, también se puede uno suscribir a fuentes por correo electrónico (¡y webhooks!), a otros usuarios de Folo (que pueden publicar sus propias listas de contenido, cosa que tengo que explorar aún) y, finalmente, la pestaña ‘Transform’ también parece bastante potente…

En la pestaña Transfrom se entra una URL, y nos aparecen campos para hacer cosas con el título y otros elementos a los que podemos acceder con selectores CSS
…y ya la exploraré cuando tenga tiempo.

Y más funcionalidades

Volviendo a aguzar la vista, pero esta vez en la primera captura de esta entrada, veréis que la aplicación ofrece un «resumen IA» del contenido (mis disculpas para los alérgicos 🙏), y la cosa no se queda ahí, con unas ‘top news’ generadas automáticamente a partir de los canales a los que te hayas suscrito:

Mis top news de ayer incluyen un resumen de los contenidos aparecidos en ArchDaily, y unos cuantos titulares de otras fuentes
No sé yo si es lo que habría destacado yo de mis canales…

No se vayan todavía, aún hay más…

Captura de pantalla. Tenemos una pantalla de acciones, que permite, cuando un canal cumpla unas determinadas condiciones, generar resúmenes con IA, traducir contenidos, o lanzar un webhook

Voy a necesitar yo más tiempo para explorar estas acciones, pero uno se siente como si tuviera un IFTTT básico (o un clon todavía más básico del añorado Yahoo! Pipes) a punto. Seguiremos informando (o no).

Y todo esto… ¿cómo se paga?

Excelente pregunta (traducido: la pregunta que yo me hago). Todas estas funcionalidades, y especialmente las que implican IA, aunque no sean especialmente caras, tienen un coste… pero no aparece por ningún sitio (o yo no he sabido ver) ninguna opción de suscripción de pago.

Folo habla de un «token», $POWER, que, explican, permite (o debería permitir) cosas como recompensar a los creadores e «implicarse en la gobernanza del proyecto». Por lo que veo, parece que permiten comprar tokens con Ethereum, algo que no me atrae especialmente :-S.

Y también tenemos una pantalla de ‘achievements‘…

En la pantalla de achievemnts parece que se pueden ganar puntos creando y compartiendo contenido, o participando en tests de la aplicación. También habla de la opción de acuñar NFTs, que de momento no está activada.

…en la que parece que podemos acumular créditos de diferentes maneras… y ese ‘mint NFTs’ que de momento no está activado pero que no pinta bien, precisamente.

En fin, habrá que investigar, por un lado, todas esas funcionalidades que apuntan muchísimas y muy interesantes maneras, pero también el modelo de llámale-negocio-llámale-sostenibilidad-del proyecto.

Seguiremos informando (o no). Y si alguien tiene más info, aquí abajo está la caja de comentarios O:-).

Byte, agosto del 85 (y el lanzamiento del Amiga)

Decíamos «ayer» que el número de agosto de la revista Byte (de 1985, porque en esta casa siempre hemos ido con un cierto retraso 😬, especialmente en este miniproyecto nuestro de repasar la «actualidad» de la informática a través de la revista) venía interesante. Y no mentíamos:

Portada de la revista Byte de agosto de 1985. Se ve el cuadro Jeune fille dessinant dans un interieur, de Picasso, y una reproducción del mismo en la pantalla de un ordenador Amiga 1000. El otro tema de portada son los lenguajes declarativos, de entre los que se destacan Prolog, Hope y FP
Sí, es un Picasso. De la colección del MoMA. Si queréis el título, siempre podéis hacer una búsqueda de imágenes… o acceder al texto alternativo de esta captura.

El Amiga 1000. Probablemente, mi ordenador favorito. En la portada de la revista Byte.

Debe decirse, primero, que en aquella época no era exactamente habitual tener un ordenador en la portada. Antes del Amiga, el PC de IBM en el número de enero del 82 y el Lisa (acompañado del Apple IIe) en el de febrero del 83, y muy, muy pocos otros: un par de Compaqs justo antes del Lisa, en enero del 83, el HP-150, un fallido intento de ordenador personal MS-DOS de Hewlett Packard (¡con pantalla táctil!), en octubre del 83, el Mac en febrero del 84, y el Data General/One en noviembre del 84. Y después del Amiga, llegarían el PC UNIX de AT&T en mayo del 85, el Atari ST en marzo del 86, el Macintosh II en abril del 87 y el Personal System/2 de IBM en junio del mismo 87. Vamos, que tres al año como mucho.

(También podríamos destacar la puntería de la revista en seleccionar ordenadores de poco recorrido comercial, pero no vamos a hacernos daño…)

The AMIGA Personal Compuer

Its speed and colorful graphics come from a 68000 and sophisticated custom chips

There are two ways to get works done inside a computer: do it in software or do it in hardware. The first way gives you unlimited flexibility; the other, speed. The Apple Macintosh does almost everything in sofware—and...

Si seguimos leyendo, nos encontramos con cosas como

Por 1295 dólares, el Amiga promete gráficos de metáfora de escritorio a color y rápidos como un relámpago, con el doble de memoria y disco que el Macintosh por cientos de dólares menos.

También destaca el artículo la arquitectura del Amiga, con sus tres chips especializados (Paula, Denise y Agnes, diseñados por el legendario Jay Miner), conectados por buses de una velocidad inaudita en la época, el copper y el blitter de Agnes y sus capacidades gráficas (que alguien se haya tomado la molestia de replicar la documentación del sistema operativo en su versión de 1993 es un indicativo más del amor que despertaba y sigue despertando el Amiga), hasta 4096 colores en pantalla de una paleta de 24 bits (el primer Mac en color, el Mac II, salió en el 87, por algo más de 3700 dólares), y el multiproceso real con el que el resto de ordenadores personales de la época no podían ni soñar en 1985 (tanto es así, que el artículo dedica algún párrafo a explicar qué es la multitarea). Y también se fijan, claro, en que el sistema operativo ofrecía a las aplicaciones el uso de bibliotecas de funciones, otro aspecto tremendamente innovador por aquel entonces. Un sistema operativo elegante para un hardware igualmente distinguido.

(Merece también especial mención el nivel de detalle técnico al que entraban las revistas de la época, como ya hemos comentado alguna vez por aquí. En serio, haced clic en la captura del artículo para acceder a la revista y echadle una ojeada.)


Como es el Amiga, no puedo irme sin dejar un par de vídeos de «contenido complementario». Por un lado, este repaso a la máquina…

Y por esto, aprovechando que, obviamente, el Amiga acaba de cumplir cuarenta años, este vídeo de la celebración del cumpleaños.

En el vídeo encontraréis todo tipo de historias y batallitas del desarrollo, incluyendo el primer anuncio en el CES de enero del 84 (hay un universo paralelo en que la escena del CES de Halt and Catch Fire está protagonizada por esta gente… y seguramente el mundo de la tecnología es un poco menos tóxico que en nuestro universo).

El segundo vídeo, por cierto, sale de una noticia en Tom’s Hardware sobre el tema y el avistamiento del prototipo que se mostró en el CES (quién fuese rico para ofrecer una pasta por él).


Volviendo a la revista, unas páginas más adelante nos encontramos con un anuncio del otro ordenador nuevo de Commodore, el 128:

Anuncio del Commodore 128. Vemos una foto del Commodore 128, con un monitor, una disquetera de 5¼ y un teléfono. El texto habla de la capacidad del 128 de ejecutar software del Commodore 64 y CP/M

El 128 había sido anunciado en el número de febrero, y uno diría que la duplicidad 128 / Amiga era señal de la mala gestión de la cartera de productos de Commodore… pero Apple hacía lo mismo con el Apple II y el Mac.

Un poco más adelante nos encontramos con lo que eran los PCs de la época. Las comparaciones, efectivamente, son odiosas…. pero seguimos en un mundo Wintel (y cada vez más Mac, ciertamente). Mil dólares por el ordenador con 128 kBs de RAM y una disquetera (de discos de 360 kBs)…

System Review

The Tandy 1000

When I first heard about the Tandy 1000, I was quite impressed. It seemed to have almost everything I would want in an IBM Personal Computer clone. Plus, it had some of the better features of the PCjr.

For those who haven't seen this machine yet, the Tandy 1000's features include one 360K-byte disk drive (expandable to two, plus one 15-megabyte hard-disk drive), 128K bytes of memory (expandable to 640K bytes), a parallel printer port, interfaces for composite monochrome and RGB (red-green-blue) monitors and a light pen, graphics and sound similar to those of the PCjr, joystick ports, three IBM-compatible expansion slots, a general-purpose collection of software (DeskMate), and a fairly good price ($999). Even a full BYTE configuration (two floppy drives, 256K bytes of memory, monochrome monitor, and serial port) has a reasonable cost ($1746), considering that you get some free software bundled with it.

Description

Since BYTE has published a product description of the Tandy 1000 (see "The Tandy 1000" by G. Michael Vose, December 1984, page 98), I will skip most of the details. Suffice it to say that the system Tandy sent me (two drives, 256K bytes of memory. RGB monitor) fits nicely on my desk and has attracted quite a bit of attention (see photo 1). The system's fan is quieter than that in my IBM PC. and I doubt it will be a disturbance in the office or the home. I have left it on for long periods without noticing it.

The disk drives follow the Tandy tradition of putting the primary A drive below the optional B drive. And while the disk drive latches do not have that feel of quality I have noticed on other machines, the disk drives themselves are fairly quiet and seem to work well.

The machine's general design is logical. The on/off switch is on the far end of the right side of the machine (just like IBM), but

many other items are on the front where they are accessible. These include the keyboard and joystick connectors and a red reset button. You access the expansion-board slots through the front as well.

Keyboard

Tandy seems to know how to design keyboards. Apparently recognizing a good thing when they see it, Tandy's designers reissued the Tandy 2000 keyboard with hardly a key label changed. The Tandy 1000 keyboard (see photo 2) has the same layout, the same superior feel, and the same welcome relief from the standard clone keyboards that keep appearing on the market. Some of its better features are a separate inverted-T cursor-key layout, a left Shift key and carriage return in the places where you would expect them, indicator lights for the Caps and Num Lock keys, 12 function keys arranged horizontally, and a Hold key. In short, it is one of the better keyboards on the market.

The only aspect of it I don't like is that the function keys are too close to the numeric keys. For example, I sometimes hit the 5 key when I mean to hit F5. Also, if you are accustomed to IBM's vertical function keys, the horizontal arrangement can be confusing. And since some of the keys have different key codes than those on the IBM PC. you might find that in a small number of programs these keys do not work as they should. For example, the XyWrite II Plus word processor does not recognize the Tandy's cursor keys. It looks to the numeric keypad, as on the IBM PC. Fortunately, XyWrite II Plus lets you reconfigure the keyboard as you wish.

Y nos vamos con tres breves. Primero… no, lo de volvernos locos por los editores de texto, tampoco es nuevo. Dentro de la sección Kernel de Jerry Pournelle nos encontramos con EMACS (y Richard Stallman):

Yet Another EMACS

Another minibooth featured EM-it, an EMACS imitator. EMACS is the macro editor written at MIT by Richard M. Stallman (otherwise known as RMS). EMACS was one of the very first full-screen editors in existence. I recall several long-distance debates (I have an account on one of MIT's large computers) with RMS over the virtues of EMACS versus Electric Pencil, which was the editor I was using at the time. The debates were futile, of course: Pencil and WRITE (derived from Pencil) were much better editors for creative writing, but EMACS was far and away better for programming, and indeed it became a bit of a legend among hackers.

Stallman, who believes software ought to be available to everyone, put EMACS in the public domain instead of getting rich from it. The chaps at Sayansi have implemented it for PCompatibles and sell their version for $49.95, a reasonable price. Needless to say, it's not copy-protected. It's also not full EMACS. One of the main features of EMACS is its extensibility: you can add nearly any feature you might want from right inside the editor. EM-it can't do that, but it does...

Si seguimos avanzando, nos encontramos con el mítico Amstrad CPC6128 y sus discos (que ya no recordaba yo)… ¡de 3 pulgadas! Otra colección de máquinas, la de Amstrad, que merecía mucho más éxito comercial del que tuvo.

The Amstrad CPC6128 PC

Amstrad's CPC6128 is a 128K-byte microcomputer based on Zilog's 4-MHz Z80A microprocessor. It has 48K bytes of read-only memory for BASIC and the operating system. An AY-3-8912 sound-generator chip provides three-voice, eight-octave capability.

The system's standard equipment includes the CP/M and AMSDOS operating systems, the BASIC and Logo languages, a built-in 3-inch disk drive, a color or monochrome monitor, and software. Its 76-key QWERTY-style keyboard has a separate numeric keypad and enlarged enter, shift, caps lock, tab, delete, clear, control, and escape keys. Built-in ports let you add peripherals such as a printer, speech synthesizer, modem, second disk drive, stereo amplifier, joystick, and tape saver. The system comes with three blank 3-inch floppy disks.

The CPC6128 comes in two configurations. The first has a 640- by 200-pixel RGB monitor, one 3-inch floppy disk drive, and a word processor; it has a suggested retail price of $799. The other model has the same single disk drive, a green monochrome monitor, and WordStar: it costs $699. The manufacturer offers more than 100 applications packages available in the 3-inchdisk format.

Y más adelante aún, como es natural, este paquete de IA y Forth… ¡para el Commodore 64!

Programming Environment with AI Module

Superforth 64 + AI, an integrated package for the Commodore 64, is a programming environment that includes an artificial intelligence module and advanced math capabilities. The package is designed to help you develop expert systems.

At Superforth's core is a programming language that lets you define your own English-like "word" functions. These words are stacked to create rules; an interpreter then applies the rules to make decisions. Antecedent and consequent reasoning are possible.

The program incorporates the utilities needed to write applications, including full control of color graphics; sound, music, and sprite editors; trace and decompiler facilities; and virtual memory. Superforth 64 + AI sells for $99.

Y el último, considerad que este anuncio de la propia revista pretendía dar una imagen atractiva y moderna del informático de la época:

En el anuncio de Byte, el informático es un señor de americana y corbata con una prominentísima calva.

En fin. Lo dejamos aquí. En otra ocasión le habría dedicado un tiempo a los artículos sobre Prolog, la programación lógica (firmado por Robert Kowalski), o los lenguajes declarativos (cofirmado por Susan Eisenbach, manía tienen los autores de Byte de la época de acabar en la Wikipedia), entre otros, que componían el otro tema de portada de la revista, pero me temo que este mes gana el Amiga…

Si no pasa nada, volvemos el mes que viene. Si tenéis curiosidad por seguir leyendo, aquí tenéis el número de agosto del 85, y también el archivo completo de la revista en Archive, por si queréis avanzar tarea. ¡Hasta la próxima!