Apuntes del estado de la blogosfera…

El original está en State of the Blogosphere 2008 (de momento solo un 20% 60%, o sea que iremos actualizando la entrada). Detalles destacables:

  • Se diluye la línea entre blogocosa y ‘mainstream media’.
  • 900,000 entradas de blog creadas en 24 horas.
  • 76,000 blogs con ‘autoridad Technorati’ de 50 o más (entramos, pero por poco…).
  • El ‘blogger medio europeo’ (de acuerdo a encuesta) es hombre (73%), pasa de 35 años (52%), tiene un empleo a tiempo completo (53%), es graduado universitario (67%), lleva 33 meses con el blog, invierte en él $15 y le saca $200 anuales (de mediana) a base de la publicidad que usa el 50% de ellos, sobre sus 24,000 visitantes únicos mensuales. Me da a mí que el proceso de selección de bloggers para la encuesta habría que examinarlo a la caza de unos sesgos que intuyo más que notables, pero yo me siento bastante bien fotografiado…
  • El blogger medio mezcla hasta cinco temas. Los temas favoritos son los personales, tecnología, ‘otros’ (naturalmente :-) ), noticias y política, seguidos de música, cine y viajes.
  • Los bloggers califican su propio tono de sincero, conversacional, divertido y experto. Los europeos nos consideramos más ‘confrontacionales’, y los hombres y los mayores de 35 presumimos más de ‘expertos’.
  • Los motivos más citados para dedicarse a esto de los blogs: expresar las propias opiniones sobre los temas que le interesan a uno (79%), compartir experiencia y conocimientos (qué majos y generosos que somos :-P, 73%) y conocer y conectar con gente similar (62%). Un 32% informa a amigos y familia de su vida y un 24% lo hace ‘por la pasta’.
  • Solemos usar hasta cuatro factores para medir el éxito del propio blog. Destacan la satisfacción popular (75%), el número de entradas o comentarios (58%), los visitantes únicos (53%) y los enlaces entrantes (46%). Los enlaces entrantes son la quinta métrica (39%) y los ingresos solo se llevan el 16%.
  • El 54% dice que lo hace por diversión, pero a casi las dos terceras partes de estos les gustaría sacarle unos dinerillos al asunto. El 15% ya le saca unos dineros, solo un 4% lo considera su empleo a tiempo completo y apenas un 2% tiene el blog como principal fuente de ingresos.
  • Dos de cada tres bloggers no esconden su ‘personalidad secreta’, mientras que un 12% considera muy importante su anonimato. Parece que fuera de Estados Unidos esa preocupación es más importante.
  • Dos tercios manifiestan haber hecho amigos online con los que no ha interactuado jamás en la vida real. Y casi la mitad ha hecho amigos online con los que si ha interactuado en la vida real. Uno de cada diez afirma que nadie de su entorno sabe que tiene blog. Uno de cada 20 (o un poco más, de hecho) ha tenido bronca con amigos y familia por el blog, el mismo número que declara que el blog ha influido negativamente en sus relaciones de amistad o familiares.
  • En lo que se refiere al impacto profesional del blog, más de la mitad afirma ser más conocido en su industria gracias al blog y uno de cada cuatro lo usa parcialmente como currículo. Por otro lado, uno de cada tres afirma que no hay ninguna incidencia del blog sobre su trabajo.
  • Un 42% le dedica al blog entre 3 y 10 horas semanales al blog, mientras que un 12% invierte en él 20 horas o más. Uno de cada diez bloggers ‘corporate’ o profesionales paga a alguien por su trabajo en su blog.
  • Como podría esperarse los bloggers que están arriba en el ranking de Technorati. En el ‘top 100’ apenas el 8% no llega a la entrada diaria y un 43% está por encima de las diez diarias. Si estás entre el 101 y el 600, la cosa se mueve en los mismos parámetros, pero entre los siguientes 5,000 de la lista están en 2, 3 o 4 entradas diarias (al 64%) y un 22% está en una diaria o menos.
  • El 85% de bloggers tiene comentarios, el 84% archiva por fechas y/o categorías, el 82% tiene sindicación, el 70% tiene una caja de búsqueda y el 66% usa widgets. La mitad tiene trackback y un 31% usa Twitter u otras herramientas de notificación en tiempo real.
  • El 95% de bloggers entrevistados mide su tráfico de alguna forma (sobre todo con Google Analytics) y aproximadamente la mitad pasa de los mil visitantes únicos al mes, aunque también la mitad está por debajo de las 5,000 páginas vistas al mes y solo uno de cada cinco pasa de 20,000.
  • La inversión en el blog de los entrevistados debe medirse con cuidado: 1,000 dólares de media, pero solo 50 de mediana. La explicación: hay al menos un blog de los entrevistados (corporativo y europeo, aunque no sabemos nada más de él) que supone una inversión… de 200,000 dólares anuales. ESo consigue, también, que los números europeos sean aun más dispares: 15 de mediana, más de 2,000 de media.
  • La mayoría de bloggers entrevistados tiene publicidad. El 28%, tres tipos de publicidad diferentes. Los tipos de publicidad más populares son anuncios de búsqueda, seguido por banners y ‘affiliate links’. Aún así, el 46% no tiene publicidad. De los que usan publicidad, el 69% usa servicios externos ‘tipo adsense’. Un 19% negocia directamente con los anunciantes (muestra del sesgo de la muestra de entrevistados). De los que no ponen publicidad, las tres razones aducidas con más frecuencia son no querer ensuciar visualmente el blog (24%), falta de interés en hacer dinero con el blog (otro 24%) y que con el actual tráfico no vale la pena (21%).
  • Los ingresos medios por publicidad (insisto, entre los entrevistados) son de 6,000 dólares, aunque eso viene del 1% que más ingresa: la mediana está en 200. De la misma forma, el CPM medio en Europa es de 3.31, mientras que la mediana está en apenas 0.55 (en Estadios Unidos la cosa está en 4.20 y 1.20, respectivamente, cosa que voy a atribuir a lo mal que funcionan AdSense y similares si no funcionas en inglés, además de la mayor inversión publicitaria en EEUU).
  • La impresión generalizada entre los entrevistados es que los bloggers están ganando credibilidad (así opina el 71%), aunque ‘solo’ el 49% opina que los blogs son tan válidos como los medios tradicionales como fuente de información. Un 37% opina que los blogs están mejor escritos que los medios tradicionales y, finalmente, uno de cada cinco no le da más de diez años de vida a los diarios.

Blog Day

31 de agosto, Blog Day. Toca recomendar cinco blogs… Como norma, que no sean de nadie que tenga el gusto de conocer. En orden alfabético:

  • cityofsound, el blog de Dan Hill (ex jefe de tecnología y diseño interactivos de la BBC, entre otras cosillas). Mucha arquitectura y urbanismo, algo de música y nuevos medios, unas gotas de miscelánea y siempre, siempre, reflexión de calidad.
  • La Madriguera y El Ambigú, los podcasts de los programas homónimos de Radio 1 y Radio 3 de RNE liderados por uno de los históricos de la casa, Diego Manrique (sí, son dos recomendaciones en una y no son exactamente blogs: qué poco respetuoso que es uno…). Porque un tipo capaz de combinar Caléxico y Los Lobos el viernes pasado, los Skatalites el miércoles y Kiko Veneno el martes merece ser recomendado. Nota: el podcast de El Ambigú llevaba meses muerto, pero repasando para la entrada me he encontrado con que volvía a aparecer un programa nuevo. Crucemos los dedos…
  • Open, un blog sobre tecnología de código abierto del New York Times. Porque hacen cosas espectaculares pero, sobre todo, por el ‘subtítulo’ más currado de la blogocosa: All The Code That’s Fit to printf().
  • Rands In Repose. Porque probablemente sea el tipo que más sepa del funcionamiento real de las organizaciones y de la gente que se mueve dentro de esas organizaciones (con la posible excepción del dibujante de Dilbert).
  • Photographers, el blog de los fotógrafos de la agencia Reuters. Grandes historias, mejores fotos. Qué más se puede pedir…

Y como se trata de repartir un poco de ‘linklove’, unos cuantos blogs más, esta vez restringidos a la categoría gente-que-conozco-y-además-me-cae-bien…

Si con eso no tenéis como para pasar una tarde de domingo entretenida, id al médico, que es grave…

Bloggers y confianza

Da gusto que te hagan el trabajo…

Hace unos días Jeremiah Owyang, analista senior de Forrester Research se hacía eco en su blog de un informe de su compañía: «sorprendentemente» el consumidor se fía más, a la hora de hacer una compra de su perro que de ‘un blogger’. Para ser exactos se fían más de amigos o conocidos usuarios del producto, críticas en medios de comunicación, la información del fabricante, «expertos conocidos», «consumer reviews» y otra serie de fuentes más que de «un blog». No me digas. ¿Sabes qué? Yo, blogger, también. Pero si se trata de un móvil y la crítica es de Engadget, pongamos por caso, probablemente le haga mucho caso. Porque son expertos conocidos y, si me apuras, mejores medios de comunicación que muchos (aunque no todos, desde luego) medios de comunicación. Si un blogger que conozco, aunque no sea experto en la materia, se toma la molestia de opinar públicamente de un producto que me interesa, tanto para bien como para mal, tenga usted por seguro que su opinión quedará grabada en mi memoria. Y es que los resultados de Forrester, tal y como se presentan, son de una demagogia rayana en lo ridículo. Ciertamente, no me fiaré de un comentario oído al azar, en el metro, sobre un producto. Estoy convencido (llámenme iluso) que si pongo a parir un producto en OBM, algún lector habitual (haberlos haylos) lo tendrá en cuenta antes de hacer una compra. Y es que no se trata, en ningún caso, de comparar la crítica de un medio especializado con la opinión de «un blogger», sino de la «un blogger especializado en el tema» o «un blogger en quien confío» (de la misma forma que es más que probable que no haga demasiado caso al crítico de cine del diario si habla de coches, ni a mi padre (lector esporádico de este blog, qué cosas) si me recomendase una novedad discográfica…).

De todas formas, lo que me enerva del tema es el obvio conflicto de interés: Forrester es una compañía que vive de «hacer opinión» y hacer valer su reputación y, en este caso, lo hace opinando sobre… «hacedores de opinión» y reputaciones. Saben aquello que dicen de la mujer del César, ¿no? Pues en Forrester parece que no conocen el dicho.

En cualquier caso, y antes de perder los nervios innecesariamente, vuelvo al inicio de la entrada: y es que da gusto que te hagan el trabajo y, en este caso, el que lo ha hecho es Joshua Porter en Bokardo (un blog sobre medios sociales en el que, estoy seguro, mucha gente confía más que en Forrester Research, por poner un ejemplo ligeramente malintencionado ;-) ), con Why people don?t trust ?bloggers?. Mucho más articulado y relajado que yo, se lo aseguro :-).

PS Y supongo que a nadie se le escapa la ironía de que el señor Owyang cuente todo esto… en su blog.

Cómo decidir si suscribirse a un canal RSS

Una pregunta y mi respuesta: [casi] todo está en la ‘home’. Si he llegado a una página interesante de un blog (o cualquier otro tipo de sitio web, que hace mucho ya que el RSS no es exclusivo de blogs), me voy a la home y evalúo (a ojo de buen cubero) los siguientes factores:

  • Densidad. En la home típica veremos las diez últimas publicaciones de un sitio. Si no hay al menos un par de entradas interesantes, mejor lo dejamos: uno vive por encima de las 200 suscripciones, que producen bastante más de mil entradas al día. Sin llegar a un cierto porcentaje de contenidos de mi interés es muy difícil que la cosa pase de ahí.
  • La escritura. ¿Está la página bien redactada? ¿Hay muchas faltas de ortografía? Uno es muy integrista, ciertamente, pero si el texto duele a la vista o tengo que pensar para entender lo que se dice… pues va a ser que no.
  • Originalidad. Vale. Me ha gustado. Pero… ¿es original? Si ya lo he leído en otro sitio va a ser difícil que entres en mi agregador.
  • Aportación. Aunque claro, si hablas de lo mismo que los demás, pero tu análisis aporta cosas nuevas, eso redime. Mucho. Si no aportas demasiado, pero resumes mejor (vamos, si añadir tu RSS me permite eliminar dos de los que ya tengo), también. Este es, por cierto, un factor que favorece muchísimo a los agregadores especializados.
  • Frecuencia. Todo tiene su justa medida. Pero, sobre todo, lo malo son los excesos. Si escribes una vez al mes, ya me sirve: te voy a leer vía RSS, no tengo la necesidad de visitar tu página a diario para ver si has añadido algo. Eso sí, si solo me interesa un 20% de lo que escribes y publicas cinco veces al día, me das una y me quitas cuatro…
  • Qué y cómo enlazas. Esto es la web. Esto es hipertexto, el reino del enlace. Cita a tus fuentes. Actúa como rampa de lanzamiento y muéstrame la web desde tu ventana. Un buen «linkroll» (el mío no es muy allá, mea culpa) también ayuda. Y no te pases autoenlazándote. Mirarse el ombligo puede ser muy agradable para ti, pero no para los demás. Cuestión de «netiqueta».
  • Metadata. Algo en lo que tampoco brillamos especialmente por aquí. ¿Quién eres? ¿Qué te interesa? Es información que, implícitamente, está en los contenidos que creas, desde luego, pero explicitar las cosas ayuda a que te conozca y me tome el esfuerzo de suscribirme.

Pero no todo está en la ‘home’:

  • Feeds completos. ¿Me vas a obligar a visitar tu página para leer el contenido completo? ¿De verdad? ¿Tú crees? Confieso que hay gente que lo consigue (o, mejor, medios). Pero o hay alguien currándoselo para hacer buenos extractos o no conseguirán que visite la mitad de las cosas que me interesan. Malo para mí, malo para el medio. La entradilla (todo un arte, nada sencillo) es vital en prensa. ¿Por qué la ignora tanto la prensa [mal] llevada a la web? Y, sobre todo: si no te tomas la molestia de poner el texto completo, ni de redactar una buena entradilla, tampoco te esfuerces en incluir publicidad en el RSS: no voy a hacer click y me estás tocando las narices.
  • Feeds por categoría. Vale. Te interesa la numismática y la web semántica. A mi solo la web semántica. ¿Puedo elegir a qué me suscribo? Siempre puedo filtrar yo usando inventos como Yahoo! Pipes (algunos ejemplos de cosecha propia, para los interesados), pero eso requiere esfuerzo. Hacer trabajar a la audiencia no suele ser una buena idea. Más aún si todavía no te conocen. De nuevo, en esta casa no lo hacemos muy bien. Problemillas de usar Feedburner.

Y hay factores, curiosamente, que cada vez me afectan menos. Básicamente,

  • El aspecto. Son pocas, pero cada vez más, las suscripciones de mi Reader que corresponden a páginas web que no me atraen o que, incluso, no son usables. «Content is king». Gracias al RSS, más. Aún así, el continente sigue siendo importante. Voy a evaluar tus contenidos en la página, no en el agregador. Y ahí, lo quiera yo o no, el aspecto es un factor clave. Y si quieres obtener muchos lectores, no te engañes, el sitio web es tu vía, no el RSS…

¿Me dejo algo?

Me han hackeado el sitio. ¿Qué hago?

La pregunta no es real (bueno, de hecho a mí me paso en diciembre, pero la cosa no fue grave), sino que la plantean desde el Webmaster Central Blog de Google. ?ltimamente mantener un blog no actualizado (con WordPress o cualquier otra plataforma) es una invitación para que los ‘spammers’ se hagan con el control del sitio y te lo inunden de spamlinks en divs ocultos. Una de las consecuencias es, casi inevitablemente, que Google (y demás motores de búsqueda) lo note y te ponga en la lista negra (el último blog al que sé que le ha pasado es Bokardo, que se plantea una serie de interesantes preguntas sobre el tema). Incluso peor, te podrías dedicar a servir ‘malware’ a tus visitantes sin saberlo…

Pues bien, ¿qué recomienda Google para esos caso? Primero, prevenir y darse de alta en Google Webmaster Tools para ver cómo indexa el sitio el buscador (yo ya estaba dado de alta. ¿Sabe alguien si el resto de buscadores ofrece algo similar?). Desafortunadamente, a pesar de que Google sabe a través de las ‘webmaster tools’ que mi sitio es mío, y que dispone de una dirección de correo asociada conmigo para ponerse en contacto, no lo hace y solo nos advertirá al entrar en las ‘webmaster tools’ si detecta ‘malware’ (digo yo que no les costaría tanto mandar un aviso automatizado antes de poner un sitio en la lista negra, aún con la consabida advertencia de que no hay posibilidad de asistencia humana). También recomiendan una serie de lecturas, pero tendréis que seguir el enlace y buscarlas desde allí (da palo enlazar PDFs en inglés…).

Si uno se ha visto infectado, los pasos que recomiendan son (en traducción libre):

  • Poner off-line el sitio
    • Dejar el sitio off-line temporalmente, al menos hasta que estés seguro de que has arreglado el problema.
    • Si no puedes ponerlo off-line, devolver un 503 para impedir que lo visiten los ‘spiders’.
    • En Webmaster Tools, usar la herramienta de eliminación de URLs para eliminar las páginas o URLs hackeadas que puedan haberse añadido. Así no se servirán páginas hackeadas a los usuarios.
  • Evaluación de daños
    • Intentar detectar qué buscaba exactamente el hacker (NdT: no me gusta nada el uso de la palabra hacker con esta acepción, pero es el que usa Google…). ¿Buscaban información sensible o usar el sitio para otros fines?
    • Buscar cualquier fichero modificado o subido al servidor.
    • Comprobar los registros del servidor a la búsqueda de actividad sospechosa, como intentos fallidos de login, la historia de comandos (especialmente como superusuario), cuentas de usuario desconocidas, etc.
    • Determinar el alcance del problema?¿podría haber otros sitios tuyos afectados?
  • Recuperación
    • Lo mejor que puede hacerse es reinstalar completamente el sistema operativo de una fuente fiable. Es la única forma de estar completamente seguro de eliminar todo lo que pueda haber hecho el hacker.
    • Después de una reinstalación limpia, usar la última copia de seguridad para restaurar el sitio. No olvides asegurarte de que la copia de seguridad esté limpia de contenido hackeado.
    • Actualiza a su última versión todos los paquetes de software.
    • Cambiar las contraseñas.
  • Restaurar tu presencia online
    • Volver a poner online el sistema
    • Si eres usuario de Webmaster Tools, conectarte a la cuenta. Si el sistema fue marcado por contener ‘malware’, pide una revisión para comprobar si el sistema está limpio (NdT: «Request reconsideration», en la primera pantalla tras hacer login). Si usaste la herramienta de eliminación para URLs que quieres conservar en el sitio, solicita la reinclusión.
    • Permanece alerta, puesto que los «hackers» podrían volver.

En la entrada comentan que son «bastante buenos» a la hora de no penalizar sitios por haber contenido spamlinks en el pasado. En mi caso, al menos, eso parece cierto, pero, aún así me resulta poco tranquilizador no dar más alternativas…