Los viejos discos nunca mueren. Por oscura que sea la referencia del catálogo, por pasada de moda que esté, se venderá. Muy poco, pero se venderá. Hace un par de semanas comentaban en Ars Technica los números de eMusic: de su catálogo de tres millones y pico de pistas, cada trimestre venden al menos una copia de dos tercios de ellas… Pueden ustedes apostar a que hay centenares de miles de esas pintas que se venden una única vez en esos tres meses. A vaya usted a saber quién, vaya usted a saber dónde… Evidentemente, una copia vendida en una tienda no da como para replicar mil copias de un CD y distribuirlo por las tiendas, a ver si hay suerte. Pero eMusic (y iTunes, y demás tiendas digitales) se saltaron hace tiempo los límites de lo físico y se permite el lujo de tener un catálogo con tantas copias como haga falta de centenares de miles de CDs, disponibles 24 horas al día allá donde llegue internet.
El catálogo de eMusic proviene en grandes cantidades de los ‘fondos de armario’ de las discográficas independientes, que por ese camino se permiten dar un respiro a sus arcas. La pregunta, evidentemente, es… ¿por qué depender de un intermediario? Y por lo que cuentan en Reuters, más de una de esas indies ha comenzado a responderse a sí misma montando su propia tienda, en las que se suele colocar el catálogo entero en MP3 y, según discográficas, en formatos sin pérdida de calidad como FLAC (el DRM, efectivamente, agoniza, al menos en la venta de música en la red).