Primeros días con el Asus Transformer Prime

Foto del Asus Transformer Primer junto con un Samsung Galaxy Note
La familia crece...

Que no se diga que no hago lo suficiente por la causa Android: si hace nada hablaba del Woxter TV 100 que me acababa de comprar, hoy toca hacer lo propio con el Asus Transformer Prime, el enésimo cacharro con Android que me compro…

Para los que no hayan oído hablar del invento, se trata de un tableta Android (de fábrica sale con Gingerbread, pero ya está disponible la actualización a Ice Cream Sandwich, que se instala sin problemas) de 10.1″ (1280×800, Super IPS+) y 586 gramos de peso. El chipset es el Tegra 3 de Nvidia y tiene un giga de RAM. El almacenamiento interno es de 32 o 64 gigas, según modelos, con la posibilidad de añadir una tarjeta SD de hasta 32 gigas. Cuenta con dos cámaras, de 8 megapíxels por un lado y 1.2 por el otro y las especificaciones habituales de básicamente cualquier cacharro moderno que se precie, si bien cabe anotar que no cuenta con espacio para una SIM, por lo que sólo se conectará a la red vía los ya citados WiFi y Bluetooth.

Foto del Transformer Prime con el teclado conectado. Parece un netbook
¿Es una tableta? ¿Es un ordenador? Eso sí, más vale que os vayáis acostumbrando a las marcas de los dedos sobre la pantalla...

El «hecho diferencial» con la mayoría de tabletas del mercado es, naturalmente, la disponibilidad de un ‘teclado-dock’ que permite que esté escribiendo esta entrada en la propia tableta. Dock y tableta se conectan sin problemas y la combinación tiene el aspecto, a primera vista, de un «netbook» de 10″ cualquiera, hasta que uno se fija en que la fila del teclado de las teclas de función es diferente y que hay una profusión de teclas específicas Android (inicio, retroceso, búsqueda, menú, acceso a configuración). El teclado, por sí sólo, pesa unos bastante espectaculares 537 gramos, dejando el peso de la combinación en un pelo más de 1.1 kilos. Ese peso es casi obligado para que la tableta-pantalla no venza el conjunto hacia atrás y Asus aprovecha la necesidad de lastre para añadir una batería de 22 Wh que, sumada a la de la tableta, de 25 Wh, les permite anunciar una vida de batería para el conjunto de 18 horas. Sin haber puesto a prueba la afirmación, sí puedo adelantar que, a no ser que se le vaya a dar bastante caña, puede uno salir de casa por la mañana sin cargar con el alimentador y sin preocuparse por ello. Hablando del alimentador, tiene una salida USB convencional (por el lado de la tableta y el dock se trata de un conector propietario de Asus), pero en mi experiencia no carga ni enchufando la tableta (ni el dock) a un puerto USB alimentado de ordenador (he probado con un Mac y un PC) ni con el alimentador USB que uno usa para cargar el resto de aparatos USB que corren por casa. Por tanto, sí habrá que cargar con el alimentador si nos vamos más de un día (no es especialmente grande, todo sea dicho).

Mi opinión

Después de tres o cuatro días de uso irregular, estoy encantado con el cacharro. El netbook perfecto se parece mucho a esto: ligero, con un teclado aceptable (teclas de poco recorrido, puestos a criticar), vida de batería que te permite no pensar en buscar enchufes y procesador y RAM que van más allá de lo que les exige el sistema operativo, más la gozada que representa poder interactuar poniendo los dedazos en la pantalla (primero, porque la pantalla es táctil, pero después porque tanto el sistema operativo como las aplicaciones han sido pensados para ello).

Añado que yo había anticipado que la tableta, por mi uso, viviría casi siempre pegada al teclado, pero me equivocaba: la facilidad de unir y separar las dos piezas del puzzle hace que lo hagas con frecuencia: si sólo consumes información, separas el teclado. Si, de golpe, recibes un correo que requiere de una respuesta de más de una línea, estiras el brazo, coges el teclado, lo montas y te pasas inmediatamente al modo netbook. El nombre de Transformer, con el permiso del propietario de la marca, es realmente merecido.

Y no quiero dejar de comentar la sonrisa que provoca tener la combinación desenchufada de la pared pero que la tableta te diga que se está cargando desde el teclado, o la posibilidad de dejar el teclado cargándose mientras uno se da una vuelta por ahí con la tableta :-).

Los problemas

Haberlos haylos. Que esté encantado no quiere decir que todo sea perfecto. Como siempre, cuando hablamos de un dispositivo Android, no queda más remedio que compararlo contra el lado iOS de la ecuación (o de la inecuación, mejor). Y como siempre, acabamos hablando de la fragmentación de Android que, en este caso, es tanto una bendición como una maldición. Bendición, para comenzar, porque un híbrido tableta-netbook como este difícilmente va a existir jamás en el lado Apple. Y para los que queremos ese híbrido, la discusión se para aquí. O Android o Android o Android. Pero eso no evita que la fragmentación comporte también dos inconvenientes insalvables. Por un lado, el ecosistema de accesorios jamás va a ser como el del iPad (a no ser que haya una estandarizacción más que improbable entre fabricantes rivales o que, al más puro estilo Inmortales, al final sólo quede uno). Por el otro, diseñar interfaces que funcionen como dios manda sobre la infinita variedad de dispositivos Android es una pesadilla que no se ha resuelto y que difícilmente lo va a hacer a corto o medio plazo.

En el caso de las tabletas Android se suma, además, el problema que tuvo el iPad al principio: de momento, la mayoría de aplicaciones está pensada para correr en un dispositivo de unas 4″, no 10″. Y eso se nota muchísimo. Muchos de los desarrolladores de los que uno esperaría que fuesen en cabeza en la carrera por conquistar las tabletas Android no cuentan todavía con aplicaciones adaptadas al nuevo y «enorme» tamaño de pantalla (Facebook sería el ejemplo paradigmático: su aplicación, especialmente en modo ‘landscape’, es un océano blanco que te hace pensar que mejor tirar del navegador y la interfaz «de toda la vida»).

La tableta detecta las aplicaciones que no responden al tamaño de pantalla y nos da a elegir entre hacer un zoom a lo bestia (que sólo me parece útil si uno tiene problemas de visión importantes) o de forzarla al nuevo tamaño de pantalla, dando lugar a los mares de blanco que comentaba antes. No se me ocurre por qué no nos da la opción, por ejemplo, de dividir la pantalla en, pongamos por caso, tres espacios 420×800 y dejar que las aplicaciones corran allí, o incluso en pseudoventanas sobre el escritorio…

Con las tabletas con Android 4.0 debemos añadir, además, la novedad de dicha versión del sistema operativo: mucho desarrollador aún no ha testeado sus aplicaciones contra él, y eso provoca defectos de jueventud que uno no esperaría de aplicaciones que ya llevan una buena temporada circulando (a Firefox, por ejemplo, se le atragantan los textos con acentos, cosa que hace que su uso sea bastante intolerable, y resulta menos explicable que la aplicación de Reader tenga la molesta manía de colgarse de vez en cuando mientras está corriendo de fondo).

Como podéis observar, mis problemas son más inherentes a la plataforma y sus características que otra cosa. Sí querría comentar tres aspectos específicas de Asus que no me acaban de convencer. El primero, la decisión de pasar del conector HDMI del Transformer al micro HDMI del Transformer Prime. Sí, el conector es más pequeño y da la misma funcionalidad, pero encontrar un cable micro HDMI no es trivial, ahora mismo, y si uno va con prisas puede hacer que acabes pagando un precio bastante exorbitante por él. En segundo lugar, aún no tengo muy claro por qué incluir el touchpad en el teclado-dock: el mío lleva un par de días desactivado, dado que (i) es fácil interactuar directamente con la pantalla y pasar de él, (ii) es demasiado pequeño como para resultar verdaderamente útil y (iii) uno corre el riesgo constante de activarlo inadvertidamente mientras teclea, con efectos potencialmente peligrosos… Se me antoja que se podría haber eliminado sin demasiados problemas o, en su defecto, haberlo sustituido por un puntero al estilo Thinkpad. Y, finalmente, una de las críticas que se repiten casi unánimemente al hablar del Prime es que sabemos que dentro hay un GPS, pero parece que el diseño del aparato dificulta su funcionamiento de tal manera que es como si no estuviese. DIgo yo que, ya puestos, se/nos lo podrían haber ahorrado.

La carta a los Reyes

¿Qué le falta al Prime para ser perfecto? Obviando los temas del tocuhpad y el conector micro HDMI, falta, sobre todo, madurez del software y la aparición o evolución de aplicaciones que se adapten a la experiencia de las 10″. Falta, también, que aparezca una aplicación ‘Office’ que exprima realmente las posibilidades de esta nueva generación de Androids (parece que QuickOffice es algo mejor que Polaris, que Asus incluye con la tableta, LibreOffice dice que está trabajando en migrar su suite a Android y, poco a poco Google Docs va mejorando y convirtiéndose en una solución viable, aunque aún le falta la edición offline de documentos, por ejemplo). Y… Y poca cosa más, en mi humilde opinión. Insisto en que, al menos de momento, mi satisfacción es muy grande con la nueva adquisición.

¿Dudas? ¿Curiosidades?Para esto tenéis los comentarios :-).

Woxter Android TV 100. Un androide en la tele

Foto de una televisión mostrando la interfaz de Android
El Woxter Android TV 100

El escenario no es infrecuente, imagino: sabes que tu tele debería ser más ‘smart’ de lo que es (o al menos quieres que lo sea). ¿Qué le conectas? ¿Un HTPC? ¿Un disco duro multimedia? ¿Algo sin disco, pero con uno o dos puertos USB? Y claro, a poder ser, ese algo a conectar debería, a su vez, conectarse a internet, navegar libremente, reproducir (oh cielos) Flash a ser posible y, nunca se sabe, disponer de sus propias aplicaciones… Y no olvidemos el precio, que hay crisis.

Una de las opciones que me rondaban por la cabeza es enchufarle a la tele una ‘caja Android’ (en DealExtreme, por ejemplo, las hay a porrillo). La cuestión es que en uno de los últimos catálogos de MediaMarkt había en oferta uno de Woxter, el ‘Android TV 100’ (página oficial), que por 150 euros no resulta barato (al comparar con DealExtreme), pero que tenía unas especificaciones razonables (2.3, 512 megas de RAM, un procesador de 1.2 GHz, un par de puertos USB, salida HDMI y, sobre todo, el tecladito inalámbrico del que carecen la mayoría de productos DealExtreme ¡con ñ, ç y acentos!)… o sea que acabo cayendo. (También existe un Woxter Android TV 200, con disco duro incluido, pero con la velocidad a la que caen los precios de los discos USB, y la cantidad de discos que hay por casa aburriéndose, no resultaba especialmente atractivo.)

Foto del cacharrito con los dos mandos a distancia que incluye- El teclado, en particular, es bastante pequeño
Tecladito. Con acento en el 'ito'

¿Lo mejor? Funciona. A la primera. Sin más. Se conecta a la WiFi sin problemas y dispone, para el que quiera/pueda echar cable, de un puerto Ethernet. En mi tele (1366×768) da una resolución 1280×720. El reproductor ‘nativo’ se come la mayoría de formatos de archivo que a uno se le puedan pasar por la cabeza. Y si no, ahí está el Android Market, en el que sin duda habrá una ‘app’ para el formato de vídeo que sea. Mola bastante tener un navegador web razonablemente bueno (capaz de reproducir Flash, que más de una vez me ha ahorrado quedarme sin ver un vídeo) y en el Market hay, además, múltiples alternativas, con las correspondientes versiones de Firefox y Opera, por ejemplo.

Pero hay un par de cosas que conviene tener en cuenta antes de comprar…

No van a correr todas las aplicaciones. La variedad de dispositivos de Android es una de sus mayores riquezas… y uno de sus mayores inconvenientes. El Market identifica el TV 100 como ‘Unknown Rk29sdk’ (de la CPU Rockchip RK29 que hay en el corazón del cacharro) y por unos motivos u otros (básicamente, el no ser un teléfono y no disponer de GPS, y por tanto no poder geolocalizarse mediante esos dos métodos, por un lado, y el hecho de tener una resolución ‘rara’ por el otro) determinadas aplicaciones se niegan a instalarse (en mi caso Twicca, mi cliente favorito de Twitter para Android y ‘NFL Game Pass Mobile’, uno de los motivos principales para querer conectar un Android a la tele) :-S. Si hay alguna aplicación que necesitas ejecutar, mejor te aseguras antes de que va a correr (un método puede ser, por ejemplo, dejar un enlace al Market para la aplicación en los comentarios, y os lo miro :-) ).

Esa interfaz de usuario… No es solo lo minúsculo del teclado + touchpad con el que viene (que es un factor a considerar, por otro lado). Los desarrolladores Android asumen (y es bastante razonable hacerlo, de hecho) que sus aplicaciones van a correr en teléfonos y tabletas. Con una interfaz táctil directa. Android está razonablemente bien pensado y buena parte de las aplicaciones funcionan directamente con el mando a distancia básico del cacharro (con botones on/off, 4 cursores, clic, volumen y teclas de ‘home’ y menú), especialmente teniendo en cuenta que podemos instalar las aplicaciones remotamente, desde cualquier ordenador conectado a internet. Y para cuando necesitamos algo más tenemos el ya comentado tecladito + touchpad que, sin ser nada del otro mundo (no es como para escribir el Quijote, precisamente), es perfectamente válido para teclear una URL, rellenar un formulario, hacer un tuit o incluso algún correo corto. Pero hay, al menos, un gesto que es el colmo de la simplicidad en una pantalla táctil y al menos un par de órdenes de magnitud más complejo sobre un touchpad, especialmente si es pequeño: arrastrar. Un gesto que de tan sencillo se ha vuelto ubicuo en Android y iOS… y que en el Woxter TV 100 es bastante más incómodo.

Finalmente, otro apartado en que el diseñador de interfaces Android no piensa, porque no es necesario sobre móviles ni tabletas, es el del feedback al usuario sobre la posición en pantalla del cursor (que en la pantalla táctil es rematadamente obvia: debajo de tu dedo). El resultado es que hay aplicaciones que o bien no lo indican en absoluto o que utilizan diferencias de tono tan sutiles que son prácticamente inapreciables. Si estás usando el touchpad para desplazarte apenas supone un problema, porque en ese caso Android tira de la universal metáfora del puntero del ratón, pero moverse con cursores por la aplicación corporativa de Twitter induce al bizqueo para intentar intuir dónde narices está el cursor, por ejemplo…

Dicho lo cual

¿Contento con la compra? Sí, bastante. Lo del ‘Game Pass’ de la NFL ha dolido, pero para mi gusto un ‘mini settop box’ (le falta la sintonizadora de televisión, ciertamente) es la mejor solución posible, por encima de plataformas más cerradas, como la de Apple, aún no existentes por aquí (Google TV) o muy limitadas en la posibilidad de atraer desarrolladores (las propias de fabricantes de televisiones y/o reproductores multimedia), si uno no se quiere gastar la pasta de un ‘nettop’ o una consola, sin hablar de los HTPCs, que me siguen pareciendo prohibitivos.

¿Falta camino por recorrer? Desde luego. Si estos cacharros venden lo suficiente, llegarán los desarrolladores. Y esto es una cuestión de desarrolladores. Una aplicación que me llenase la tele de ‘news tickers’ con Twitter, Reader y el correo sería la leche, por ejemplo. Y si fuera capaz de sobreimponerlos sobre la señal de televisión, ni te cuento…

¿Recomendable para todo el mundo? Incondicionalmente… no. Díme qué quieres de verdad y te diré si esto es para ti. Pero ante la duda, los settop Android son, de momento, territorio geeky/nerdy más que otra cosa…

48 horas con el nuevo Samsung Galaxy Note

Foto del Samsung Galaxy Note
El último cacharrito en OBM Central :-)

Pues sí, estrenamos cacharro nuevo :-). Un golpe un poco demasiado fuerte se llevó por delante un montoncito de píxeles de mi viejo Dell Streak y lo hemos substituido por un Samsung Galaxy Note (sitio oficial, en amazon.es). Después de 48 horas con el cacharro, mis primeras impresiones…

Por fuera

Debe recordarse que yo venía de un Dell Streak 5, o sea que, a mí, el Note no me parece enorme. De hecho, el Note es 6 milímetros más corto, 4 más ancho y, ahí es nada, 40 gramos más ligero, con sus 146.9×83×9.7 milímetros y 178 gramos de peso. Si añadimos que la pantalla pasa de 5 a 5.3 pulgadas y la resolución de 480×480 (187 ppp) a unos muy espectaculares 800×1280 (285 ppp), queda claro (i) que los tiempos avanzan que es una barbaridad y (ii) que a Samsung se le da mejor hacer móviles que a Dell (no era de extrañar, por otro lado). La cámara, de 8 megapíxels, con posibilidad de vídeo 1080p, también está a años luz de la del Streak (y no sólo en cuestión de resolución). Puestos a reclamar, me parece un defecto no muy grave, pero difícil de perdonar, que Samsung no haya incluido un botón de hardware para la cámara. Será por falta de espacio para ponerlo…

Después del tamaño, la característica que más diferencia al Note de la competencia es la presencia del ‘stylus’ que podéis ver en la foto, y que a uno le retrotrae a los tiempos de la Palm IIIx (insértese lagrimilla nostálgica aquí). Personalmente, opino que me va a ser de utilidad limitada (aunque el observador avezado habrá notado que de las primeras cosas que he probado ha sido a recuperar el Graffiti de Palm como app, que tiene mucho más sentido con un stylus que con el dedo…). Aunque servidor siempre ha sido más de pantallas resistivas que capacitativas (al menos para móviles: a partir de 7 u 8 pulgadas estamos hablando de otra cosa), las interfaces se han orientado hacia el dedo, y el ‘stylus’ no es la mejor manera de interactuar con casi ninguna de las interfaces que presentan hoy en día las aplicaciones Android. El Note detecta, eso sí, la presión que ejercemos sobre el stylus y las aplicaciones pueden hacer uso de esa información. Evidentemente, eso se hace ahora mismo a través de una API propia de Samsung, con lo que, básicamente, la única aplicación que lo usa es su propia S Memo. Los coreanos ya han dicho que actualizarán el Note a Ice Cream Sandwich (esto es, Android 4.0), que tiene soporte nativo para Stylus, y Adobe, como mínimo, ha manifestado que las futuras ediciones de sus aplicaciones para Android lo soportarían. Por tanto, es posible (y solo posible) que la cosa acabe siendo de más utilidad… aunque no para mí y mis muy limitadas capacidades artísticas.

Por dentro

El Note está claramente dentro de lo que es, ahora mismo, la gama alta de móviles Android: versión 2.3 (con la capa de personalización de Samsung, TouchWiz UI v4.0) actualizable a la 4 del sistema operativoy procesador de doble núcleo a 1.4 gigahercios (más una GPU Mali-400MP y chipset Exynos, para los más interesados en los detalles técnicos). Traducido: vuela y, como todos los dispositivos de la categoría, debería aguantar ‘lo que le echen’ durante al menos un par de años más (teniendo en cuenta que el ritmo de reemplazo del móvil es de uno cada dieciocho meses y que aún estamos en fase de aceleración en estas tecnologías, está en la línea de lo que se le puede pedir).

De momento, poco más. Si alguien tiene alguna pregunta, que la deje en los comentarios y haremos lo que podremos :-).


PS 20111116. Algo que mucha gente pregunta sobre este móvil es…

La batería

Mucha batería, mucho procesador y mucha pantalla. ¿Quién gana? Gráficamente:

Gráfica de uso de la batería del Note. Explicada enb el texto posterior.
Por cierto, dejo la imagen enlazada a otra con la captura sin escalar, para apreciar que sí, que es verdad, que la pantalla del Note es 800 por 1280

Ahí tenéis (con un recorte que falsea la escala: notad que saltamos del 0 al 50) mi consumo de batería de hoy. El trozo inicial, en el que cae casi 10 puntos porcentuales por hora, corresponde al trayecto de casa a la oficina: pantalla encendida casi continuamente con intensidad media, la radio WiFi en marcha pero conectado 3G, Twicca actualizando desde Twitter cada diez minutos, la sincronización en marcha, un podcast reproduciéndose y yo alternando Twicca, GMail, Reader y ReadItLater. Vamos, un consumo no brutalmente alto pero sí intenso. A ese ritmo, la batería no aguanta 12 horas ni en broma. Después veis cómo se carga el móvil conectado vía USB al ordenador, y por la tarde la descarga de la batería con el móvil con la sincronización y las actualizaciones de Twicca en marcha vía la WiFi de la oficina y muy poca actividad más. Así la batería cae a razón de unos 4 puntos por hora.

En resumen: una batería potente, pero difícilmente va a durar más de una jornada, por poco uso que se le dé y, como con casi todos los ‘smartphones’, alli donde veas un USB, mejor te enchufes…

¿Qué software gastas? (Android edition, v2)

Después de menos de un año con el Dell Streak, un choque violento que se ha cargado unos cuantos píxels de pantalla (más una batería que no acaba de ir muy fina, más un caso severo de envidia ante las novedades que van surgiendo) hacen que se aproxime un cambio de móvil. Buen momento para revisar la lista de software que hicimos hace un año y ver qué gasto de verdad en el móvil…

Utilidades de sistema

  • El lanzador de aplicaciones sigue siendo GO Launcher EX. La verdad es que no he explorado mucho qué más hay en el mercado, pero satisface mis necesidades…
  • También sigo controlando el consumo de ancho de banda con 3G Watchdog (de hecho, con la versión de pago). No me resulta estrictamente necesario, porque consumo entre 300 y 400 megas al mes sin necesitar vigilarme, pero por si las sorpresas desagradables…
  • Sí he cambiado unas cuantas veces el ‘widget’ para monitorizar el procesador y cambiar rápidamente opciones como el uso o no de 3G, la WiFi o el modo silencio… para acabar cayendo en Elixir 2. Para las ocasiones en que hace falta algo más sofisticado, OS Monitor (sin olvidar que Go Launcher tiene algunas funciones útiles para estos menesteres). Y para la gestión de archivos, ASTRO.
  • Añado tres utilidades nuevas. Por un lado, WidgetLocker Lockscreen, para personalizar la pantalla de bloqueo del móvil. Una manera útil de tener las aplicaciones frecuentes aún más a mano. En esa pantalla ‘vive’ el widget Simple Calendar, efectivo y simple como su nombre indica. Para acabar, en mi intento de averiguar qué se come la batería de mi Streak, Battery Monitor Widget.
  • Y finalmente, el ‘descubrimiento’ de que estoy más orgulloso: el teclado MultiLing, con sus múltiples idiomas y, sobre todo, el catalán.

De esta sección se ha caído AppBrain App Market, que se me hizo innecesario una vez que (i) localicé las aplicaciones que me bastaban en el día a día y (ii) el Market nativo se adecentó un poco.

Aplicaciones de uso frecuente en esta casa

  • En la lista anterior se me olvidaron Gmail y Google Maps con Street View. Pero eran obvias, ¿no?
  • Como lector de RSS se cayó de la lista NewsRob, sustituido por la ‘app’ nativa de Google Reader. Y no hemos mirado atrás desde entonces (las aplicaciones más ‘visuales’, con doscientas y pico suscripciones, no me parecen viables).
  • Kindle. Sólo de interés para los que hemos comprado libros Kindle, desde luego. Aún así, una aplicación muy bien hecha.
  • Para los que nos movemos en transporte público (especialmente en Barcelona) Cercanoide, con los horarios de Cercanías de RENFE en toda España. Para el bus, dejamos atrás la aplicación oficial de Transports de Barcelona y saltamos a Urban Step – Barcelona, que me gusta bastante más…
  • El otoño barcelonés hace que también sea práctica la Alarma de Lluvia, novedad desde la edición anterior de la lista.
  • Para los aspectos musicales, repetimos Listen, de Google, como cliente de podcasting, Spotify (que para algo soy cliente ‘premium’), y TuneIn Radio (de hecho, me he pasado a la versión pro, que apenas cuesta 70 céntimos de euro). Se han caído desde el año pasado TuneWiki, RockPlayer y Winamp. Y han aparecido Songbird para sustituir a Winamp, we7 Radio Plus, una aplicación de radio musical gratuita y ligeramente personalizable, Hype!, un cliente no oficial para The Hype Machine, el cliente oficial SoundCloud, SoundHound para cuando no reconozco una canción que suena por ahí y el cliente oficial de Last.fm (que, la verdad, es un poco decepcionante: ¡¿sin radio para los usuarios de pago?!).
  • El cliente de Twitter ha pasado a ser Plume, pero tampoco me entusiasma (me gustaba bastante más en su versión anterior). Ya he pasado por Seesmic, TweetDeck y hasta el cliente oficial. ¿Sugerencias?
  • Obviamente (o no), la app oficial de Facebook, a la que hay que sumar la de Google+, que ha ganado una ligera tracción en los últimos días…
  • Para navegar alterno el navegador nativo (el plugin de Flash, ya moribundo, me ha sacado de algún apuro en alguna ocasión, la verdad), con Opera Mobile, Opera Mini (y la cantidad de ancho de banda que te ahorra), Firefox (y sus funciones de sincronización) y Firefox Beta (para saber lo que nos depara el futuro).
  • En esta categoría han aparecido el casi-universal WhatsApp y, por otro lado, Read It Later (en su versión de pago, de hecho) para tener siempre encima cosas que leer. Y también me saca de un apuro StopWatch & Timer, con sus cuentas atrás.

Las de ‘por si acaso’

  • El año pasado la mensajería instantánea estaba en la categoría ‘uso frecuente’, pero desde que dejé atrás el maravilloso teclado (y terrible sistema operativo) del N97, el uso de estas aplicaciones ha caído en picado. Aún así, sigo teniendo a mano Trillian.
  • Para las necesidades de conexión y sincronización, Dropbox, Evernote y el cliente de SSH ConnectBot.
  • En la lista anterior estaba QuickOffice, y en esta le sustituye Google Docs. Y por si los PDFs, Adobe Reader.
  • Para esas consultas de información urgente, IMDb y Wikidroid for Wikipedia.
  • Como ‘touchpad’ y teclado remotos, RemoteDroid.
  • No se puede ir nunca sin calculadora científica. Y cuanto más ‘geek’, mejor: Droid48. Y, hablando de emuladores, imprescindible Frodo C64 :-).

¿Sugerencias?

Llevo casi un año con Android y me siento bastante más cómodo con esta segunda edición de la lista, pero todavía tengo muchas dudas y, seguro, me dejo cosas. ¿Alguien sugiere mejoras y añadidos?

Un teclat en català, i gratis, per Android

Nota para no catalanoparlantes. El resto de la entrada, en catalán: Se me hacía demasiado extraño escribir en castellano cómo instalar un teclado en catalán para Android :-).

Captura del teclat en català per Android
:-)

El títol de l’entrada, de fet, ho diu pràcticament tot: si us emprenyava no disposar d’un bon teclat en català per Android i gratis (hi ha algun pack català per a teclats de pagament, al Market), ara disposeu d’una opció interessant: en @H漢W書ing és un desenvolupador (la seva web) que va portar el teclat d’Android 2.3 (àlies Gingerbread) a les versions anteriors del sistema operatiu de Google. Al Market en teniu dues versions: una per dispositius amb 2.2 i una altra per dispositius amb 1.6 a 2.1.

A més a més, a la seva pàgina al Market podreu comprovar que hi ha un bon número de plug-ins per molts idiomes, de l’anglès al japonès. Des de fa un mes n’hi té un per al castellà, però no n’hi havia de català, fins ahir que, després de demanar-li, el va crear molt amablement :-). Quedava el petit problema que el teclat no llençava els accents oberts per a les lletres ‘a’, ‘e’ i ‘o’, però avui, de nou molt amablement, ha actualitzat el seu ‘port’ del teclat i ara només cal descarregar-ne la versió més adient per al vostre dispositiu i després fer el mateix amb el plug-in català.

Bé, de fet, no és tot: cal llençar el programa i seguir els passos que marca per tal d’activar el mètode d’entrada i seleccionar els idiomes que ens hi han d’aparèixer.

Vagi de gust!

(Per cert: a la seva web hi ha un botonet per fer-hi donacions amb Paypal. I no sobra mai, ser agraït…)