Ni desktop ni laptop: webtop

[youtube width=»550″ height=»360″]http://www.youtube.com/watch?v=7WkbpeePeCM[/youtube]

Cada año se presentan en el CES, en Las Vegas, un buen montón de cosas que parecen espectaculares. De ellas, solo algunas lo son realmente. Y de estas, son todavía menos las que acaban teniendo éxito. Apúntenme en la lista de los que quieren que una de las cosas espectaculares y de éxito de este año sea el Motorola Atrix 4G.

Como alguien que se pelea cada día con el ordenador de casa, el del despacho y algún que otro portátil, un sueño desde hace mucho tiempo es poder usar un solo ordenador, en todas partes. Si de verdad funciona, el Atrix puede ser una primera aproximación de ese sueño.

El Atrix es un móvil Android 2.2 de última generación. Sus 4″ y 480×800 lo colocan, de hecho, en las especificaciones típicas de la gama alta de Android. Sin embargo, algunos detalles lo diferencian de todo lo que hemos visto hasta ahora. Por un lado, bajo el capó hay un giga de RAM y un procesador «dual core». En segundo lugar, tiene disponibles dos tipos de ‘docking stations’, una con aspecto de portátil y la otra con tres puertos USB de entrada y una salida HDMI (y que es la que podéis ver en los vídeos que incluyo en esta entrada). Una vez conectado a estas bases, la experiencia del Atrix (al menos en las demos) se parece mucho a la de un portátil y/o un sobremesa con sistema operativo Android. La potencia del procesador ‘dual core’ (y unas gotas de personalización por parte de Motorola) hacen que el móvil sea capaz de correr un navegador ‘de verdad’: Firefox 3.6 en las demos. Para los que podemos vivir en el navegador (siempre que sea ‘de verdad’) el 99% del tiempo, esta puede ser una bendición caída del cielo.

Pero claro, no siempre se puede vivir dentro del navegador. Y para esos momentos el Atrix viene con Citrix Receiver, que permite acceder a tu escritorio virtualizado desde cualquier lugar:

[youtube width=»550″ height=»360″]http://www.youtube.com/watch?v=7WzeIGZKW_Y[/youtube]

Me da a mí que mucho directivo de empresa grande va a ver estas demos y va a querer un Atrix con un par de docks para casa y para la oficina y otro portátil de regalo. Esperemos que cunda el ejemplo.

Dell Streak, el móvil XXXL

Decíamos ayer (o casi :-P) que este año habían tocado navidades androides y que en algún momento tocaría explicar cómo funcionaban los cacharritos nuevos. Y comenzamos hoy, con el Dell Streak, un dispositivo que Dell solo tiene a la venta en Estados Unidos y Reino Unido. Por tanto, tocó adquirirlo a través de importador (eXpansys, que lo tiene ahora mismo a unos casi razonables 475€ más 10,50€ de envío, teniendo en cuenta que el precio en Delll UK es de 400 libras, 464 euros al cambio).

A pesar de que Dell solo lo venda en Estados Unidos y Reino Unido, la primera sorpresa agradable es que el bicho viene con enchufe europeo y el sistema operativo en español (no, yo tampoco entiendo por qué no lo vendren en España, la verdad).

Para los interesados en las especificaciones:

  • Sistema operativo Android 1.6 que se actualiza OTA (esto es, sin necesidad de pasar por un ordenador) a 2.2.
  • Procesador Qualcomm SnapDragon 8250 a 1 GHz.
  • Bandas: UMTS a 2100 y 900 MHz, GSM y EDGE a 1900, 1800, 900 y 850 MHz, con datos HSDPA a 7.2 Mbps y HSUPA a 5.76 Mbps.
  • Pantalla de 5″ WVGA (800×480), multi-touch.
  • Cámaras de 5 megapíxels con autofocus y VGA.
  • Soporte para vídeo H.263/H.264, .3GP, MPEG4 y WMV y sonido MP3, WMA, AAC, AAC+, eAAC+, AMR, Midi y WAV.
  • 512 megas de ROM, 512 megas de SDRAM y 2 gigas de almacenamiento en una trajeta interna no accesible físicamente, más un slot MicroSD que viene con una tarjeta de 16 gigas y las acepta de 32.
  • WLAN 802.11b/g, Bluetooth 2.0 con EDR y conector USB 2.0 propietario.
  • Dimensiones: unos espectaculares 152.9×79.1×9.98 milímetros, con un peso de 220 gramos. Pequeño no es la palabra. De hecho, lo más probable es que nunca hayáis visto a nadie llamar con algo de tanta superficie (con la posible excepción del nGage, que estaba a la altura).
  • Batería de 1530 mAh.
  • Sensores de luz de ambiente y proximidad, acelerómetro, brújula, GPS, tres teclas capacitativas.

El resumen ejecutivo

Pues eso: el móvil XXXL. Si quieres un móvil pequeño, no es aquí. Si te pasas la mayor parte del tiempo con el teléfono en el bolsillo o pegado a la oreja, tampoco es aquí. Sin embargo, si te pasas más tiempo con la nariz apuntando a la pantalla del móvil que otra cosa, probablemente te interese el móvil más grande que cabe en el bolsillo del pantalón (‘loose fit’, eso sí :-P) y sí sea aquí…

Lo malo

La A y la B de ‘autonomía’ y ‘batería’. Ejercicio: salga usted de casa por la mañana con la WiFi, la conexión de datos y el GPS activados, sin tocar el brillo de la pantalla ni las configuraciones de sincronización de cuentas y con unas cuantas aplicaciones (Twitter y Facebook, por ejemplo) en marcha. Navegue usted por unas cuantas webs y tire de la navegación con GPS un rato. No hace falta que haga dos fotos con flash ni video… Difícilmente llegará la cosa a la hora de la merienda. Afortunadamente, las cosas no son tan malas: si uno recuerda que no hace falta tener el GPS continuamente en marcha, y salta de la conexión móvil de datos a la WiFi y viceversa, la cosa es un poco más razonable y es bastante probable llegar a la cena. En cualquier caso, si se le va a dar caña al trasto, mejor llevar encima el cable para conectarlo a todo puerto USB que nos pase por delante :-S. Y eso nos lleva a…

La C de ‘conector’. De nuevo, la cosa no es tan mala como podría parecer a primera vista, pero tampoco es buena. El conector que usa Dell no es completamente propietario: parece que responde al presunto estándar PDMI. ‘Presunto’ porque ahora mismo el estándar lo usan el Streak, una especie de radio que sólo se distribuye en Estados Unidos y el Galaxy Tab de Samsung… que no acaba de cumplir el estándar. Pues eso: presunto estándar, mientras no se demuestre lo contrario. Dell vende un dock con salida HDMI para ver la salida de vídeo del Streak en la tele, eso sí.

¿Y lo bueno?

Pues básicamente, y en mi muy modesta opinión, todo lo demás…

Comencemos por el tamaño, que sí importa, desde luego. Como decía antes, se trata del móvil más grande que puedas imaginar. De hecho, la gente suele preguntar si realmente es un móvil. En acción no resulta incómodo, pero sí llama bastante la atención. O sea que si uno llama mucho (que no es mi caso, para nada) va a tener que acostumbrarse a las miradas o a tirar de manos libres. Pero, en el polo opuesto, hay que considerar el momento en que se pretende usar el ‘smart’ y no el ‘phone’. Hoy en día en muchos círculos es fácil disparar un ‘duelo en el Mobile Corral’: plantea uno una duda y la gente ‘desenfunda’ iPhones, Blackberrys y móviles Android con bastante facilidad. De las cosas que caben en un bolsillo, el Streak gana con facilidad: no importa si hay que consultar la Wikipedia, mirar los horarios del transporte público, consultar la IMDb o hacer una búsqueda en Google, el Streak es el que se acaba usando. No falla. Y, la verdad, no es cuestión ni de sistema operativo ni de potencia (es la misma CPU de 1 GHz que está usando todo el mundo ahora mismo, y que dentro de seis meses nos parecerá lenta a todos), ni de características técnicas (la resolución, por ejemplo, de 800×480, es ofrecida por bastantes otros móviles, y los 960×480 del iPhone 4 dejan al Streak a la altura del betún): es el tamaño el que facilita el uso y la interacción. Y en estos casos gana el más grande que lleves encima. Los 7″ como el Galaxy Tab serían aún mejores, por no hablar del iPad, desde luego, pero el Tab necesita un bolsillo de anorak y el iPad, directamente, una bolsa…

(De hecho, en el CES que se está celebrando estos días están comenzando a aparecer bastantes móviles de más de 4 pulgadas, como las 4.3″ del Droid Bionic o las 4.5″ del Samsung Infuse. A lo mejor es por algo…)

Por lo demás, las virtudes del Dell Streak son las del móvil típico con Android 2.2 que, además, el fabricante ha tenido el detalle de apenas personalizar y que no ha pasado por las manos de las operadoras, siempre dispuestas a instalar basuras varias y recortar funcionalidades. Así pues, tenemos un dispositivo de funcionamiento sólido y correcto, sin el brillo de la experiencia de usuario de los dispositivos iOS, eso sí, y con un número de aplicaciones de calidad que crece y, particularmente, satisface mis necesidades y un poco (un bastante, de hecho) más. Dejo para otro día la entrada sobre el software que estoy usando. Me queda algún detalle por afinar pero, la verdad, estoy la mar de contento…

Pero… si no tiene teclado físico

Los que me conocen saben que servidor ha declarado desde siempre su alergia a los dispositivos táctiles sin teclado físico. Después de diez días con el Streak (y jugando un poco con un Tab y un Nook Color), puedo afirmar que si bien la alergia ha remitido un poco, sigue aquí. El Streak, en disposición horizontal, tiene un tamaño bastante correcto para teclear con los pulgares y, en vertical y con la ayuda de Swype, funciona bastante bien con una mano. Me atreveré a decir, incluso, que si Swype tuviera soporte para catalán, la cosa se quedaría aquí. Pero, al menos de momento, no lo tiene. Y esto hace que escribir en catalán, si uno quiere usar las tildes con un mínimo de corrección, no sea la mejor de las experiencias. Uno tiene la impresión de que ni Google ni Apple, ni muchas otras compañías anglosajonas, han acabado de descubrir todavía los idiomas latinos y que vamos a tener que seguir buscándonos la vida durante mucho tiempo. Aunque igual es desconocimiento por mi parte.

Falta añadir, desde luego, que en ausencia de feedback táctil ‘como dios manda’ (la vibración ‘háptica’ es curiosa, pero insuficiente para un teclado completo), la cantidad de atención que requiere escribir es mucha más de la que yo querría.

La mejor alternativa que se me ha ocurrido es experimentar con la combinación del Streak con el Logitech Dinovo Mini:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=T2eSWHLL1N8[/youtube]

Aún sin conocer bien el funcionamiento del Dinovo con los caracteres acentuados, eñes y cedillas, viene uno de camino. Cuando llegue ya os contaré…

Concluyendo

Estamos ante un producto para un nicho bastante específico, que jamás venderá la millonada del Galaxy S y que no es, para nada, para todos los públicos. Y sin embargo, servidor está muy satisfecho con la compra. La tecnología va a mejorar espectacularmente en los próximos meses (estamos aún en la fase ‘early adopter’, a pesar de los números millonarios del mercado) pero, teniendo en cuenta lo que hay hoy en el mercado, creo que el Dell Streak se acerca más a resolver mis necesidades que ningún otro producto.

Android: fragmentar o morir

Foto de un Nook Color de Barnes & Noble y de un Dell Streak
Mismo sistema operativo, poco más en común...

No es que uno se haya portado demasiado bien este año, pero Visa, MasterCard y American Express han sustituido a Gaspar, Melchor y Baltasar y estas navidades han sido absolutamente androides en otro blog más. Si hace unos días comentábamos la experiencia de jugar con un Samsung Galaxy Tab un buen rato, en los últimos días han llegado a «can obm» dos androides más, esta vez en propiedad (la tarjeta de crédito se va a pasar el resto de las navidades en la UCI): un Dell Streak y un Nook Color de Barnes & Noble.

De momento he jugado bastante con el Streak y estoy encantado con él (lo comentaré más a fondo dentro de unos días), mientras que el Nook es apenas un neonato que no lleva fuera de la caja ni dos horas… Pero ya ilustran perfectamente qué es Android: fragmentación, para lo bueno y para lo malo. Sí existe una gama del mercado, mayoritaria, seguramente, que presenta una cierta homogeneidad: los aspirantes a «iPhone killer» (entre nosotros, o Apple pierde mucho el norte o nadie va a matar al iPhone, pero intentándolo los fabricantes Android están dando pasos de gigante y beneficiándonos a todos). Pero lo que está haciendo Android es inundar el mercado a base de invadir hasta el último agujero del mercado. Y así tenemos en la foto dos dispositivos tan radicalmente diferentes como el Nook y el Streak: de la experiencia Android más cerrada (falta ver qué abrirá y no abrirá Barnes & Noble en su Market, pero ya podemos anticipar que no será mucho, y mientras tanto los ‘roots’ ya corren por ahí) a una prácticamente ‘pelada’; siete y cinco pulgadas, en un mercado que ya tiene algunos modelos más grandes e infinidad de ellos de menor tamaño; cámara o no; bluetooth o no; GPS o no…

Android difícilmente va a conseguir por esta vía dar una experiencia de usuario de máximos como la de Apple, pero sí colocará muchísimos dispositivos en el mercado y, de reaglo, presentar un perfil muy atractivo para el desarrollador. Y como dice Ballmer… developers, developers, developers, developers!

Las máquinas nos volverán idiotas

O no:

It’s hard to remember now, but many people back in the 80s totally freaked out about word processing. I recall professors worrying that it would make students write more sloppily, and even think more sloppily. The fluidity of cutting and pasting seemed intellectually suspicious. I even remember one of my TAs arguing — in a lovely foreshadowing of today’s fears that “the Internet is making us stupid” — that cutting and pasting would render our generation unable to craft a coherent argument, because the sheer slipperiness of digital prose, its slithy rearrangeability, would render our ideas and prose rootless, nonsequential, and flighty.

O, en traducción más o menos libre:

Ahora cuesta recordarlo pero muchos, en los 80, estaban asustadísimos por los procesadores de textos. Recuerdo profesores preocupados porque su llegada haría que los estudiantes escribiesen de forma más descuidada, e incluso pensasen de forma más descuidada. La fluidez de cortar y pegar parecía intelectualmente sospechosa. Incluso recuerdo a uno de mis ayudantes discutiendo —en una hermosa predicción de los miedos actuales de que «Internet nos está haciendo estúpidos»— que el cortar y pegar haría que nuestra generación no fuese capaz de elaborar razonamientos coherentes, ya que la naturaleza absolutamente resbaladiza de la prosa digital, la escurridiza posibilidad de reordenarse, dejarían sin raíces nuestras ideas y nuestra prosa, asecuencial y frívola.

No lo digo yo, naturalmente, sino Clive Thompson, en su blog. También comenta, después, que hay estudios que, de hecho, demuestran que los estudiantes brillantes hacen un uso más limitado del copia-y-pega que sus compañeros. Y es que, efectivamente, casi toda tecnología nueva tiene sus efectos negativos… aunque no conozco a nadie dispuesto a extirparle la capacidad de copiar y pegar a su ordenador.

Los humanos no podemos evitar ser un poco bipolares y pensar que todo es o blanco o negro. Y eso se lleva al límite en los medios de comunicación. Vaya a cualquier diario y busque artículos que hablen de internet, o cualquier otra cosa más o menos nueva (y cualquier tecnología de menos de 50 años de antigüedad es nueva, para los diarios…). Uno tiene la impresión de que los que proponen la tecnología, cualquier tecnología, como panacea son los pares, mientras que en los impares esa misma tecnología es el mal que acabará con la humanidad. La realidad tiene la puñetera manía de ser casi siempre un tono intermedio de gris, casi nunca blanca, casi nunca negra. Todas las nuevas tecnologías nos quitan algo. Todas nos aportan algo. Es fácil imaginar al primer profesor al que le pusieron una pizarra en el aula, hace unos cuantos siglos. Podemos jugarnos lo que haga falta a que o le entusiasmó o le pareció un horror, pero que no le dejó indiferente es prácticamente seguro. Pero las tecnologías que sobreviven tienden a darnos más de lo que nos quitan.

O sea que, por favor, la próxima vez que oigan a alguien con tendencia a la hipérbole, no le hagan demasiado caso (especialmente cuando sea yo).