Paul Carr entierra los diarios (que no la prensa)

De todo lo que se ha escrito últimamente sobre el futuro de la prensa, diría que lo más inteligente que he leído es lo que cuenta Paul Carr hoy en The Guardian, en su pieza No use crying over spilt ink. Parece claro que la industria que ahora vive de empaquetar diariamente en papel unas gotas de buen periodismo rodeadas de una enorme cantidad de corta-y-pega barato —en el mejor de los casos— va a tener que cambiar de modelo. Mientras dicha industria se lleva las manos a la cabeza y se rasga las vestiduras enarbolando la bandera del Periodismo-con-mayúsculas que cada vez practica menos intentando proteger sus márgenes de beneficio, la solución propuesta por Carr no suena mal.

Carr opina que la actual prensa diaria no puede competir apuntándose al tren de la alta velocidad: hace años que la radio y la televisión demostraron que ese tipo de información se les da bastante mejor, lo que parece indicar que no tiene demasiado sentido competir donde no están los puntos fuertes propios, más emparentados con la calidad, la reflexión… y el empaquetado en forma de diario. Apunta también que no todo lo que se imprime en papel tiene la misma tendencia a caer que los diarios y que los semanarios muestran unos números en crecimiento (no sé yo si lo que dice sobrevive la migración del mercado anglosajón al hispano). Lo que propone Carr, como ya pueden olerse, es abandonar el diario y centrarse en una publicación semanal limpia de polvo y paja copiadoypegado. Y exigir un pago por ese contenido, cosa que facilita «imprimirlo y encuadernarlo» (entre muchas comillas, porque lo más probable es que el papel sobre el que se imprima sea el del Kindle o el libro electrónico de turno…) o, como mínimo, alejarlo todo lo posible del entorno de la web, en que la opinión de la mayoría es que todo es gratis.

El mismo Carr se asegura de dejar claro que más que apostar por su solución, pretende centrar un debate que está siendo caótico y a veces absurdo. Pero no puede uno dejar de pensar que, así de salida, la idea no pinta mal.

Se acabó la música gratis en Last.fm

…a no ser que tenga uno la suerte de vivir en el Reino Unido, Estados Unidos o Alemania (que son sus tres mercados ‘grandes’). El ‘scrobbling‘ y demás servicios de last.fm, eso sí, seguirán ‘en abierto’. El precio de la suscripción, además, será de 3 euros, y no los 2.50 actuales (espero que sigan ofreciendo descuentos por suscripciones de un año, pero no lo especifican en el blog-anuncio), por los mismos servicios que prestaban hasta ahora (acceso a tu emisora de favoritos, por ejemplo, aunque nada de «on demand ‘de verdad'»).

Servidor seguirá siendo usuario del scrobbling hasta que le echen a patadas (todos esos datos no se pueden tirar a la basura), pero lo de los tres eurillos va a tener que pensárselo… y es que de momento van 7 al mes para Pixbox (y su modelo de alquiler tarifa plana con DRM), 15 para eMusic (modelo venta rollo Círculo de Lectores, en MP3 y, por tanto, sin DRM) y 4 para yes.fm (que va por la radio musical en la web bajo demanda, modelo freemium), más el gratuito de Spotify (financiado con publicidad, también cuenta con modelo freemium, con una suscripción de 10 euros mensuales o un euro diario). Si a esto le añadimos compras esporádicas en 7digital y Amie Street, casi me voy a alegrar de mi decisión de no saltarme las puertas de Pandora, no sea que sea yo el último imbécil que se dedique a financiar a las discográficas (nótese que he dicho discográficas y no artistas: es muy diferente).

Todo esto, desde luego, teniendo en cuenta además, que el catálogo musical en línea, aunque creciente, es muy probable que nunca sea completo ‘legalmente’ (para más información, véase Sobre las cosas abandonadas, de Kiko Fuentes en el blog de yes.fm y sigan leyendo por su etiqueta ‘back catalogue’)…

Reflexión uno: a ver si me montan un híbrido yes+last+spotify (mucho catálogo de aquí, información semántica, clientes móvil-escritorio-web, radios personalizadas y reproducción ‘on demand’, de salida) y me consolidan un poco la oferta.

Reflexión dos: todo esto, desde luego, porque la industria está haciendo todo lo posible por ahogar las alternativas legales (¿porque está interesada en sacar su propio modelo a medio plazo y en monopolio se vive mejor?).

La tele, en la tele, en vías de extinción…

Resultados de una encuesta sobre cómo se consumen series televisivas. Respuesta mayoritaría: usando grabadores de vídeo digital. Segunda respuesta: depende. Tercera: viéndolas en la tele cuando se emiten, con un 17 por ciento de los votos
En la tele, una opción cada vez más minoritaria

Vale que la cosa está sesgada (se trata de una encuesta abierta en la web, para comenzar, y el público son los usuarios de IMdB.com) pero que BitTorrent esté a punto de superar a ver la emisión original del capítulo de turno, y que esta opción vaya por detrás de ‘TiVo y similares’ y del ‘depende’ debería, como mínimo, hacer pensar a productoras y canales de televisión… Para ayudarles con la reflexión, la lectura recomendada del día es Why TV Lost, de Paul Graham.

Spotify, yes.fm y la transparencia

Lista de recomendaciones personalizadas de entre los últimos discos ...
Mmmm... Rory Gallagher...

Creo que ya he hablado en alguna ocasión tanto de Spotify como de yes.fm, dos fantásticos servicios «freemium» de escucha de música en la web. En mi opinión de usuario de ambos (servicio gratuito en Spotify, de pago en Yes, aunque ahora mismo, aprovechando un sorteo, no me toca pagar hasta dentro de cuatro o cinco meses), e insistiendo en que me gustan mucho ambos, me quedo así: free en Spotify y usuario de pago en Yes: Spotify gana en bastantes aspectos, pero como no soy un usuario muy activo, los cuatro euros al mes de Yes me parecen mucho más razonables que los diez de Spotify…

Pero Spotify, me repito, se lleva el gato al agua en dos aspectos muy importantes para mí: por un lado, la conexión con last.fm (lo que reproducimos con la aplicación, si lo deseamos, se registra a nuestro usuario last) y, por otro, una mayor transparencia. Si bien el blog de Yes.fm es casi imprescindible, el de Spotify es mucho más informativo sobre el servicio, publicando regularmente listas de los discos que se añaden continuamente a su catálogo (añadidos que también se hacen en Yes, pero de manera opaca). ¿Resultado? Que surgen servicios, a coste absolutamente cero para Spotify más allá de esa transparencia, como el fantásticamente útil Last.fm + Spotify + Find new albums que, en base a tus artistas favoritos y recomendados en last, rebusca entre las novedades del catálogo y te selecciona los discos que, a priori, podrían interesarte más. ¿Segundo resultado? A pesar de pagar en Yes y no hacerlo en Spotify, me paso bastante más tiempo en el segundo servicio que en el primero, con el riesgo que ello implica de que se cambien las tornas en algún momento…

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El futuro de la prensa… desde 1981

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=5WCTn4FljUQ[/youtube]

El día que Metro anuncia su cierre en España, este vídeo (visto en TechCrunch) de 1981, sobre los primeros inicios del acceso a la prensa (la de San Francisco, como no podía ser de otra forma) a través de la red (la de Compuserve, por ser más exactos, si no me engaña la vista), se hace aún más valioso. Traduzco algunas frases que me parecen especialmente brillantes…

Esto es un experimento. Estamos intentando averiguar que significará para nosotros como editores y reporteros y qué significa para el usuario. No estamos en esto para hacer dinero. Probablemente no vayamos a perder mucho y tampoco vamos a ganar mucho… [Se refiere al experimento, no está haciendo previsiones sobre el futuro de la prensa]

De los dos o tres mil usuarios de ordenadores personales que se estima que viven en el área de la bahía [esto es, San Francisco, Oakland, Berkeley y más… 1981…] el Chronicle informa que más de 500 han respondido…

O sea que, de momento, este tipo [hablando de un vendedor de diarios] no teme perder su trabajo.

Hacen falta más de dos horas para recibir el texto completo del diario a través de la línea telefónica y con un coste de cinco dólares por hora, el nuevo «tele-diario» no va a ser mucha competencia para el diario de veinte céntimos…