29 de octubre, 1969: el primer mensaje de ARPANET

First ARPANET IMP log - a record of the first ...
Image via Wikipedia

Es una efeméride que no he visto en mucho sitios (de hecho, únicamente en LiveScience) pero hoy hace 40 años que un estudiante de UCLA llamado Charles Kline (este Charles S. Kline, supongo) envió el primer mensaje de ARPANET, el embrión de la actual internet. Apenas habían pasado 3 meses de la llegada del hombre a la Luna. No fue el centro de atención del planeta, ni lo recuerda mucha gente hoy, pero la repercusión del momento es, al menos, comparable.

Como podéis ver, las notas se tomaron en papel y, como corresponde a una prueba ‘de verdad’, Kline tecleó login y sólo llegaron la «l» y la «o»… Y a pesar de ello, aquí estamos, apenas 40 años más tarde.

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RIP Geocities, 1995-2009

Catorce años de vida, para una propiedad web, no están nada mal. Y si son tan intensos como los de Geocities, que Yahoo! cierra hoy, aún menos. Web-unocerismo por un tubo y las peores atrocidades del diseño web de los 90 (una categoría en la que MySpace tomó la antorcha hace ya mucho tiempo) no impedirán que lloremos por uno de los sitios que popularizó el albergado gratuito de páginas y, por tanto, dio acceso a millones de usuarios a publicar en la web por vez primera.

La historia que cuenta la entrada de la Wikipedia es de vértigo: seis millones de páginas vistas en diciembre del 95, un millón de usuarios en octubre del 97, una IPO que llevó las acciones de los 17 dólares a más de 100, tercer sitio más visitado de la web en el 99, año en que sería adquirida por Yahoo!, en plena burbuja, a cambio de tres mil quinientos millones de dólares en acciones…

Y para acabar, el que probablemente sea el primer ejemplar de la aportación más «importante» de la era Geocities al diseño gráfico mundial: el GIF animado de en construcción (muchos más ejemplos, aquí).

GIF animado 'en construcción'
Indescriptible...

Spotify y el p2p…

Captura de pantalla que muestra que Spotify consume ancho de banda, tanto de subida como de bajada, de múltiples direcciones de internet que parecen privadas
¿De dónde salen todas esas direcciones extrañas?

Igual soy el último en enterarme. Desde luego, mucha gente ya lo sabía desde hace bastante tiempo. Y Spotify no lo esconde (véase esta presentación, en PDF, en una conferencia, el pasado mes de julio), pero tampoco hace mucho por anunciarlo

La cuestión es que, hace un rato, he mirado por casualidad el monitor de recursos de Windows y me he encontrado con que Spotify, como podéis ver en la imagen, descargaba de múltiples direcciones. Lo primero que he pensado es «menuda CDN«. Pero después me he dado cuenta que había direcciones dinámicas entre esos ordenadores a que me estaba conectando (véase el «dynamic.orange.es» de la captura de pantalla) y que, además, también estaba subiendo datos… Vamos, que esto tiene toda la pinta de ser una aplicación P2P. Y, naturalmente, una googlebúsqueda lo ha confirmado (véanse los dos enlaces anteriores, como muestra).

Y, la verdad, no me parece bien la política de la empresa al respecto. Si uno busca «P2P» en las FAQs en español, solo encontramos dos comentarios al respecto:

¿La versión móvil de Spotify usa conexiones P2P?

No. Spotify Mobile no usa P2P.

¡Sólo faltaría! Y

¿Por qué utiliza Spotify tantas conexiones a Internet?

Spotify utiliza una red P2P junto con servidores de streaming para transmitir música. Por esta razón puedes ver múltiples conexiones a otros usuarios de Spotify.

Pues vaya. ¿Entenderá el usuario medio de Spotify qué significa eso?

Y en las preferencias de la aplicación tampoco veo nada para desactivarlo (no tengo la menor duda de que estará en el contrato al que hice clic al instalar la aplicación). Pregúntenle a esos tres usuarios británicos de la captura de pantalla que me están pasando datos a 400 kilobits si (i) son conscientes de ello y (ii) si les hace gracia teniendo en cuenta que o bien están pagando por usar el servicio o bien están escuchando anuncios mientras me sirven esos 400 kilobits… Sin comentar, además, que naturalmente tengo mis dudas sobre que el hecho de servir contenidos con copyright a otros usuarios de internet sea de una legalidad clarísima.

Nada

En fin. Que el rebote que tengo ahora mismo es bastante considerable. ¿Qué opináis? ¿Me paso o me quedo corto?

PS 20091024 18:50 En respuesta a los comentarios (¡gracias!), no se trata de que usen el P2P (que no necesariamente me parece mal) sino de que:

  1. no lo digan explícita y claramente a todos los usuarios. No todos los usuarios de Spotify tienen el nivel de los que frecuentamos esta web. De hecho, me juego algo a que hay muchísimos que no lo tienen nada claro. Y antes de consumir recursos del usuario, hay que avisar. Además, yo no me consideraba el usuario más tonto ni malinformado del mundo y me llevé una sorpresa. No esconder no es lo mismo que no avisar. Y, en este caso, no esconderse no me parece suficiente.
  2. …el uso del ancho de banda, no es inteligente (no funciona exclusivamente cuando no se está usando la conexión), no redunda en ningún beneficio para el usuario (ni menos anuncios para los usuarios del servicio gratuito ni créditos para los usuarios de pago) y tampoco es configurable (desactivable o limitable por el usuario).

Y esos dos puntos me parecen de juzgado de guardia.

Raindrop: la alternativa Mozilla para tus conversaciones

Mozilla acaba de anunciar su último experimento, Raindrop, que pretende ser una interfaz entre el usuario y sus «conversaciones», provenientes tanto del correo como de RSS, el inevitable Twitter o, básicamente, lo que sea, filtrando todas las fuentes para detectar qué es importante y qué no, e interactuando con el navegador (que, sorpresa, no necesariamente tiene que ser Firefox: hablan de de Chrome y Safari como clientes preferentes, también).

Se trata, desde luego, de hacerse con el control (o asegurarse que el usuario tiene el control) de las comunicaciones. Si la misión os huele más que un poco a lo que dice sobre Wave Google, estáis como yo. Aunque esta vez el leit motif es «hacer que el correo vuelva a ser personal» en vez de «reinventar el correo». En vez de saltar de medio, Mozilla apunta al agregado de todos aquellos medios en que se dan conversaciones y al filtrado «inteligente».

Y, como interfaz, un servidor web ligero y una aplicación web AJAX muy «al estilo Twitter» pero como más aspiraciones y a consumir, por tanto, por un navegador moderno (estupenda razón para marginar a Internet Explorer, que a pesar de sus avances sigue sin querer jugar al mismo juego que los demás, pero se me escapa el motivo por el que no está Opera en la lista).

La cosa, como era de esperar, está muy verde y apenas anda por su versión 0.1, solo apta para los muy valientes, que se la tendrán que compilar, además, a partir del código fuente (a eso le llamo yo asegurarse de que no se cuelan novatos). Mientras tanto, han publicado sus «Guiding Principles» en la web del proyecto y abierto un Roadmap en su wiki.

Demasiados intentos de solución para un problema que aún carece de enuncado claro veo yo como para que esto se solucione a corto, o inluso medio, plazo. Pero la única manera de atacar un problema de esta magnitud es de cabeza, o sea que suerte a todos los participantes…

¡Habemus Kindle!

Mi Kindle
Mi Kindle

Pues sí, ya llevo algo más de 24 horas con el Kindle. Y, de momento, la experiencia, muy positiva, aunque no exenta de sus cosas. Vayamos por partes…

La primera impresión, excelente. Aunque uno venía de probar un iRex Iliad, un dispositivo, en cuanto al hardware, mucho más potente, el Kindle tiene un diseño extremadamente atractivo a la vista. Y la pantalla está en la línea de la del Iliad: quien la ve por primera vez no se acaba de creer que está encendida hasta que pasas de página (no es, eso sí, que la cosa sea absolutamente perfecta: aún falta mucho por avanzar, pero si sabes lo difícil que es esto, impresiona).

Puestos a buscarle problemas al diseño, a mí la botonera de la derecha del cacharro me habría gustado un poco más arriba, creo que daría para una postura más natural para leer y pasar páginas. No criticaré el tamaño, ni del cacharro ni de la pantalla: es un dispositivo de menos de 250 euros y eso es un factor que hay que tener en cuenta a la hora de criticar. La competencia, por lo que he visto, hasta los 300 euros, no me parece mejor (aunque esta es, desde luego, una opinión poco informada (pero informada)).

Welcome to the future. Igual es que ya tengo una cierta edad, pero subirse al metro, conectarse a la tienda de Amazon y descargarse un libro es algo que me hace sentir ciudadano del siglo XXI.

Cerrado, pero no tanto. No, no le puedes colocar un PDF directamente, porque no lo leerá. Pero… ¿Quién tiene muchos PDFs formateados para verse en una pantalla de 6″? Yo no… Y pasar documentos no es tan complicado. Cada kindle viene con dos buzones de correo. El primero permite enviar documentos al libro a través de la radio 3G (pagando, y no es especialmente barato), mientras que el segundo nos hace llegar el documento que le enviemos en formato Amazon al cabo de unos minutos. El Kindle aparece, al conectarlo vía USB, como disco, por lo que basta descargar el documento a la carpeta correspondiente y listos. Yo he probado, de momento, con docs y la conversión es más que satisfactoria. El servicio también soporta la conversión de PDFs, aunque avisan que hacen lo que pueden con ellos. Y es que no es fácil reformatear un documento de maquetado sofisticado para unas pàginas de tamaño aproximadamente A6… En defensa de Amazon hay que decir que el hermano grande del Kindle, el Kindle DX, con una pantalla en la que sí es razonable leer PDFs, sí los admite como formato de ficheros. Igual me paso de generoso, pero opino que se trata de una decisión de diseño razonable, no una restricción estúpida.

¿Y el catálogo? Ya sabía, antes de comprármelo que, por un lado, no iba a estar todo lo que buscase y, por otro, que los precios serían algo más caros que en Estados Unidos. Pero me ha dolido encontrarme las novedades a $13.79 (al cambio son 9 euros y poco, razonables, pero quedamos expuestos a las veleidades del mercado de divisas). Eso sí, la cosa no está libre de incongruencias:

Ejemplo de un libro que es más caro en su edición kindle que en papel
Tiene narices...

Hitchhiker’s Guide To The Galaxy. Una de las limitaciones dolorosas del «Kindle International» (por oposición a la edición para Estados Unidos) es que la radio móvil (y gratuita) del cacharro no puede usarse para navegar por la web… excepto por la Wikipedia (únicamente en lengua inglesa). Sí tenemos, por tanto, allí donde haya cobertura, acceso a la mayor enciclopedia del mundo. Douglas Adams habría llorado de emoción (y a mí me duele en lo más hondo no haber pensado en grabarle un 42 en la «contraportada»).

Y para cerrar, un enlace con los 25 mejores hacks para el Kindle (aunque más de uno no funciona fuera de Estados Unidos).

PS Y el hecho de que lo hayan rebajado 20 dólares (y nos hayan devuelto la pasta a los que ya habíamos pasado por caja) muy de agradecer, aunque todos sepamos que se trata, simplemente, de responder a la presión del nuevo lector de Barnes & Noble…