El iPhone (y el iPod Touch) ¿»legal» o «hackeado»?

La pregunta no es trivial… Faltan 30 días para que se ponga en marcha la tienda Apple de aplicaciones para el iPod (y el iPod Touch). Cinco minutos de trabajo y diez dólares (diez euros por estos lares, imagino) devolverán mi Touch primero a su condición inicial y le darán, después, la capacidad de bajar aplicaciones «legales» de la tienda. No tengo la menor duda que ese mismo día descubriré unas cuantas aplicaciones que me gustaría usar… pero si lo hago, como mínimo dejaré de correr la que para mí es la «killer app» del Touch, MobileScrobbler (más en obm), porque esa aplicación, aparte de ser «ilegal», incumple los términos del SDK de Apple…

Apple, «tito Estif» y sus manías…

El iPhone (y el iPod Touch) para ver la tele

Al paso que vamos, para cuando salga la primera aplicación «oficial» para iPhone y iPod Touch, nadie va a querer usarlas… Si ya hablamos hace tiempo de los cacharritos de Apple como fantásticos clientes para escuchar last.fm, ahora encontramos en iPhone hacks una segunda «killer app»: cómo conectar el iPhone (o iPod Touch) vía WiFi o la conexión de datos (a ver cuándo le ponen 3G al dichoso teléfono) al ordenador de casa (o de dónde sea) al que previamente habremos instalado un servidor Orb (gratuito, aunque ni abierto ni libre), permitiendo acceder a los archivos de vídeo de este y, en caso que el ordenador tenga una sintonizadora de televisión compatible, también a los canales de televisión disponibles…

(Evidentemente, esto tenía que pasar el fin de semana largo en que me he olvidado el iPod en la oficina, con lo que no podré probar hasta el martes.)

Una nota final. La gente de Orb no ha tenido ningún problema ni para desarrollar la aplicación ni para colgar un «howto» en su sito explicando cómo funciona la cosa, sin la connivencia de Apple. Imagino que el día que se anuncien las primeras aplicaciones oficiales para iPhone y iPod Touch OrbLive estará en la lista, pero aún así, me reafirmo en quedar atónito con las políticas de los de Cupertino.

MobileScrobbler, «killer app» para el iPhone

Captura de pantalla de la interfaz de MobileScrobbler

Sabrán los lectores habituales de este blog,

  • que uno es usuario de last.fm (desde hace más de cuatro años, ahí es nada),
  • que tengo un iPod Touch, pero no un iPhone (el móvil es un Nokia N95, y es que a uno no le van para nada las arquitecturas cerradas: ya es suficientemente doloroso que sea cerrado el reproductor musical, el móvil sería demasiado)
  • y que hace unas semanas que abandoné Vodafone por Yoigo, atraído, básicamente, por su casi razonable tarifa de datos.

Pues bien, hoy la combinación de las tres cosas se ha alineado con la última versión de MobileScrobbler para iPod Touch y iPhone para casi convencerme de que debería comprarme un iPhone.

MobileScrobbler es una de las múltiples aplicaciones que se puede instalar sobre el cacharrito más comentado de la blogocosa (a tito Estif con su excusa que no lanzaban de salida el SDK para la cosa por motivos de seguridad se le debería caer la cara de vergüenza). ¿Qué hace? Originalmente, comunicaba a last.fm las canciones que uno reproducía en el cacharrito… si uno disponía de conexión. Algo que con el iPhone estaba muy bien (con permiso de la tarifa de datos que uno tuviese contratada) pero que con el Touch era de utilidad bastante limitada… Entonces llegó la actualización que hacía que el programa «quedara residente» y contara a last.fm las canciones que habíamos reproducido mientras no teníamos conexión una vez que volvíamos a tener una WiFi a mano, y la cosa se volvió útil para los que «sólo» teníamos un Touch.

Y ahora llega la última actualización. La que va a conseguir que, a la que se descuiden, me compre una base con altavoces para el Touch y que pague la suscripción de last… Y es que ahora a MobileScrobbler le ha salido un cliente para la radio de last. Esa que, después de la muerte de Pandora fuera de las fronteras yanquis, es la mejor emisora de radio del mundo mundial y parte del extranjero. La que, gratuitamente, te permite indicarle un tag y te hace una emisora a medida. Esa que, también por la cara, se fija en lo que escucha la gente con gustos similares a los tuyos y te programa una radio en función de sus gustos y, si uno está experimental, te pone música que no has oído nunca pero que cree que te va a gustar (y parece mentira el ojo que tiene, oiga)… Que te pasa una biografía del artista que suena y te pone la letra para que quedes bien y, de regalo, te sugiere artistas similares y te indica los próximos conciertos de la banda (con integración con la agenda del cacharrito, faltaría más)… La misma que, por dos euros cincuenta al mes, te ofrece una emisora hecha a tu exclusivísima medida musical… Disponible allí donde el iPod tenga conexión a internet (y por tanto, con un iPhone y la conexión de Yoigo ampliada por Vodafone, prácticamente en cualquier sitio por un euro veinte al día). Se me nota emocionado, espero…

Lo único que hace que no salga corriendo a buscar un iPhone es una fe ciega (y espero que justificada) en que no puede tardar mucho en salir la aplicación correspondiente para el N95.

He visto el futuro de la radio y se llama last.fm para dispositivos móviles… Buenovale, esa frase me ha quedado un pelín exagerada ;-), pero realmente pienso que la aplicación representa un enorme paso adelante en muchos aspectos.

PS Le falta todavía, eso sí, que se pueda programar para que a las siete de la mañana de los días de diario salte del tag «chillout» al «high energy» y el volumen suba progresivamente…

PS 20080111 Ya hay disponible una versión para teléfonos y PDAs con Windows Mobile.

Habemus iPod Touch

Finalmente he caído en la tentación: ayer pasé por caja y me llevé a casa (bueno, al bed & breakfast) un maravilloso iPod Touch de 16 gigas. Y, la verdad, casi todo lo bueno que había leído sobre él es cierto. No obstante, algunas observaciones:

  • ¿¡Cable USB y auriculares blancos!? El touch es negro. El blanco de los cables le sienta, como suele decir mi madre, como a un santo dos pistolas. Que este tipo de cosas se le toleren a Apple es una demostración fehaciente del campo de fuerza de Tito Estif. Si Microsoft hiciera algo así…
  • Safari no es la web. Es la web móvil. Si fuera «la web» no habríamos visto esa proliferación de sitios «adaptados para el iPhone», ¿de acuerdo? ¿Razones? Yo propongo dos principales: la primera, esos 320 píxels de resolución horizontal, y la segunda, la ausencia de Flash. Donde dije digo… Safari no es la web, cierto, pero se le parece mucho. Si se ve en Safari para OS X, se ve en Safari en el touch. Y si bien los 320 puntos son una limitación, el zoom a dos dedos y la capacidad para reorientar la página a voluntad son un remedio espectacular para la enfermedad… La ausencia del Flash, eso sí, no la comprenderé nunca. ¿Tendrá algo tito Estif contra Adobe?
  • La «user experience» será fantástica, pero a mí me costó lo mío entender, por ejemplo, dónde narices estaban los controles de volumen. Señor Jobs, tiene usted la interfaz de usuario más elegante del sistema solar, como mínimo, pero al resto de fabricantes el listón de la usabilidad se lo ponen un palmo más arriba. ¿Tan doloroso habría sido ponerle un control físico de volumen al cacharrín, por ejemplo? No habría quedado tan bonito, pero creo que voy a usarlo más que mirarlo (aunque sí es cierto que me voy a pasar unos días exhibiéndolo ;-) ). Y ya puestos, supongo que estará explicado en algún sitio pero ¿por qué narices no hay versión «landscape» de la página inicial?
  • Señor Jobs, iTunes es precioso (y la tienda de iTunes desde el WiFi del cacharrito una auténtica pasada) pero para gestionar una buena biblioteca de música (léase, más de cuarenta gigas de música) es como un dinosaurio y, por tanto, debería haberse extinguido hace tiempo. Deme, por favor, una alternativa algo más ligera.

Otra cosilla: ¿habría costado tanto incluir un codec WMA? ¿De verdad? Ah. Que antes se corta una mano que incluir algo que proviene de Microsoft. Sí, claro, lo entiendo… Espero que usted también entienda que las horas que se ha pasado el portátil convirtiendo WMAs a AACs (y las horas que quedan), para mí, justificarían que me hubiese cobrado usted diez dólares más por incluir el dichoso códec. Cagüen los jardines amurallados (con perdón).

Eso sí, que nadie se llame a engaño: el iPod Touch es uno de los dispositivos con más factor «wow» de todos los tiempos :-D. Pero una arquitectura un poco más abierta lo habría hecho aún mejor…