Etiqueta: streaming

  • Un vídeo. Una semana. 38000 dólares de distribución

    Vamos a jugar a juntar noticias…

    1. El vídeo de la señora esta de un pueblo perdido de la Inglaterra profunda que canta como un ángel. Viralidad por un tubo. 20 millones de visualizaciones en menos de una semana (busquen ‘Susan Boyle’ en YouTube). Joé qué potente que es internet (de hecho, joé qué potente que es YouTube…)
    2. La noticia del agujero (económico) que supone para Google… YouTube. Que dice un banco que, así a ojo de buen cubero, Google debe perder con YouTube unos cuatrocientos y pico millones de dólares al año. Más de un millón de dólares diario.

    Anda ya. Es la respuesta universal al agujero que dice el banco que tiene YouTube. Aha. Volvamos al primer punto. 20 millones de visualizaciones de un vídeo de unos 7 minutos. Robert Cringely ha hecho sus números y le salen unos 520 teras de ancho de banda consumidos. En una semana. Pensemos en la manera más económica que conoce un servidor de distribuir archivos: Amazon S3. Y sí, salen unos 38,000 dólares. Para un vídeo en una semana. 50 vídeos así en una semana bastarían para llegar a los mil millones de visualizaciones y cuatro millones de dólares a la semana en S3, muy por encima de los gastos que se le suponen a YouTube. Desde luego, vídeos como ese hay pocos. Pero vídeos, en YouTube, hay muchos, muchísimosDice la Wikipedia que ya en julio de 2006 se veían 100 millones de vídeos al día y se subían otros 65,000, también diariamente. La propia Wikipedia apunta a TechCrunch, donde Chad Hurley (CEO de YouTube) decía que cada minuto se suben 15 horas de vídeo a YouTube… De golpe, para que las pérdidas de YouTube sean solo las apuntadas, los costes de almacenar y servir archivos de Google tienen que ser, al menos, un orden de magnitud más económicos de los que cobra Amazon por su S3. Vamos, que no son tan poco creíbles, ese millón de dólares largo perdido al día…

    PS ¿Coincidencia? Hace un par de días Yahoo! anunciaba (la noticia en techCrunch, por ejemplo) que cierra en junio definitivamente Jumpcut, una de sus propiedades «vídeo», adquirida en septiembre de 2006…

    PS’ Hemos alargado el último párrafo de la entrada con más detalles.

  • Más sobre Last.fm

    Decíamos ayer que Last.fm iniciaba un proyecto para pagar directamente a los artistas royalties por la reproducción de sus obras. Desafortunadamente, en un mundo tan complejo como el de la propiedad intelectual en el mundo de la música, la cosa no podía ser tan simple:

    • Si el artista ya ha cedido sus derechos (a una discográfica o a una entidad colectiva de gestión de derechos), pues… va a ser que no puede volver a cederlos a Last (ni a nadie más) por su cuenta. O sea que seguirá cobrando por las vías habituales.
    • El trato solo cubre a los intérpretes. Los autores seguirán cobrando a través la entidad colectiva de turno.
    • Merlin, la macrodiscográfica surgida de la asociación de unas 12,000 discográficas independientes y que ya es tan grande como las cuatro ‘grandes’ no está nada contenta: Last firmó con las cuatro grandes, pero no con Merlin. Last y Merlin están negociando, pero parece ser que Merlin reclama pagos por el uso pasado de su material y Last dice que nones. Merlin, mientras tanto, está recomendando a sus miembros que no se apunten al programa de Last sin solicitar consejo legal antes.

    Todo esto sale de Last.fm wants to pay artists, won’t address past ‘illegal use’, en Ars Technica, que además enlaza a Why Ad-Supported Music Won’t Work: Blame The Labels, en Silicon Alley Insider, que dice que las grandes discográficas están pidiendo a los sitios de streaming un céntimo de dólar por canción reproducida. Esto vendría a traducirse en que, para vivir de una radio por internet a base de publicidad el CPM de dicha publicidad debería estar por encima de los diez dólares (este blog anda por los dos dólares de CPM y en el artículo apuntan a un dólar como rendimiento efectivo razonable una radio vía la red, lo que vendría a significar que lo razonable sería pagar por debajo de un céntimo por cada diez reproducciones). Las discográficas están sacando unos 70 céntimos por canción vendida en iTunes y similares, pero es fácil pensar que las radios podrían dar mucho más dinero aún rebajando el royalty por debajo de esos 0.1 céntimos por canción. La alternativa, desde luego, es que no haya radios por internet basadas en publicidad, que los consumidores nos /@#&$)($, que las radios no ganen dinero y que las discográficas no vean ni un duro por este concepto…

    En cualquier caso, que sigue oliendo a podrido en el reino de las discográficas…

  • El iPhone (y el iPod Touch) para ver la tele

    Al paso que vamos, para cuando salga la primera aplicación «oficial» para iPhone y iPod Touch, nadie va a querer usarlas… Si ya hablamos hace tiempo de los cacharritos de Apple como fantásticos clientes para escuchar last.fm, ahora encontramos en iPhone hacks una segunda «killer app»: cómo conectar el iPhone (o iPod Touch) vía WiFi o la conexión de datos (a ver cuándo le ponen 3G al dichoso teléfono) al ordenador de casa (o de dónde sea) al que previamente habremos instalado un servidor Orb (gratuito, aunque ni abierto ni libre), permitiendo acceder a los archivos de vídeo de este y, en caso que el ordenador tenga una sintonizadora de televisión compatible, también a los canales de televisión disponibles…

    (Evidentemente, esto tenía que pasar el fin de semana largo en que me he olvidado el iPod en la oficina, con lo que no podré probar hasta el martes.)

    Una nota final. La gente de Orb no ha tenido ningún problema ni para desarrollar la aplicación ni para colgar un «howto» en su sito explicando cómo funciona la cosa, sin la connivencia de Apple. Imagino que el día que se anuncien las primeras aplicaciones oficiales para iPhone y iPod Touch OrbLive estará en la lista, pero aún así, me reafirmo en quedar atónito con las políticas de los de Cupertino.

  • Reble.fm, otra manera de compartir

    Captura de pantalla de la web de reble.fm

    Invento nuevo (de hecho, me parece recordar que había alguna cosa similar hace tiempo, pero no localizo el sitio… ¿Quizá como plug-in para algún programa de mensajería instantánea?) para compartir música: Reble.fm propone compartir mediante la combinación de P2P y red social: tú me dejas reproducir tu música (en streaming), yo te dejo reproducir la mía. Por aquello de protegerse de las iras de las discográficas, el software se asegura de que cada canción no se reproduzca simultáneamente en más de un cliente y no deja transferir las pistas en sí, aunque me parece que eso no impedirá que RIAAs, SGAEs y demás especies intenten cerrar la cosa, si es que alcanzan suficiente relevancia como para aparecer en sus radares.

    La cosa aún está en beta «de verdad» (esto es, ahora mismo lo estoy probando con un único ‘buddy’ y ya se atraganta en algunos puntos) y solo está disponible para Windows. De todas formas, si alguien quiere probar, que me escriba un correo a mi dirección personal y le paso mi login.

    El principal problema que le veo al invento es la enorme A de las conexiones ADSL: la asimetría que hace que el usuario típico disponga de apenas 320 kilobits de subida, que se traduce en que apenas vamos a poder servir cómodamente una pista de 192 kilobits…

  • Qik.com, streaming desde el móvil

    De vez en cuando a alguien se le ocurre una combinación de cosas que te deja la boca abierta durante un buen rato. No porque ningún eslabón de la cadena sea especialmente revolucionario, sino porque, una vez juntos, el todo es muchísimo más que la suma de las partes. Muchísimo. Tómense los siguientes elementos:

    • Youtube existe desde hace tanto tiempo que lo tenemos absolutamente interiorizado.
    • Mi móvil tiene cámara.
    • Mi móvil tiene 3G. Y hasta WiFi.
    • Mi móvil tiene un sistema operativo que permite conectar la cámara con el 3G (o el WiFi).

    Todo sumado significa que mi [teléfono] móvil es una unidad móvil de YouTube-televisión, ¿no? Sin ordenadores ni mandangas, ¿no? Pues sí. Eso es, precisamente, lo que propone (y ejecuta divinamente) Qik.com. Lo suficiente como para dejarme boquiabierto. Cosa que, prometo, no pasa muy a menudo.

    Siento no poder ilustrar el ejemplo con un vídeo pero es que, hasta el momento, ni ha habido un acto digno de retransmisión ni mis habilidades como cámara justifican que les ponga ninguno. Pero les prometo que la cosa funciona sorprendentemente bien.

    (Y muchas gracias a Bhaskar Roy, de Qik, por echarme una mano con un problema de login que me había impedido probar el sistema antes.)