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  • El Financial Times, intentando saltarse el ‘peaje iTunes’

    Interesante movimiento del Financial Times (aunque poco sorprendente: tenía que llegar el momento en que alguien lo intentase). Cuentan en TechCrunch que acaban de lanzar «aplicación» con modelo de suscripción de contenidos, pero que la app, efectivamente, va entre comillas.

    Ya hace meses que Apple anunció su modelo para ofrecer aplicaciones con contenidos de pago en iTunes: una comisión del 30% (que no es tan exagerada: los quiosqueros también se quedan con su pedazo de la tarta, no lo olvidemos, a cambio de ser el servicio de distribución y relación con el cliente) y el control absoluto de la relación con el cliente (el productor de contenidos no tiene acceso a ninguna información sobre el suscriptor).

    Mientras tanto, los navegadores de iOS, Android y el resto de sistemas operativos para dispositivos móviles se han ido volviendo cada vez más potentes en el soporte de las características que uno querría usar en una ‘app’ móvil: un paseo por caniuse.com basta para comprobar que los WebKits de Android y iOS soportan, por ejemplo, Web Storage, bases de datos Sqlite (aunque todavía no IndexedDB), datasets y hasta @font-face (parcialmente en Android, pero todo llegará). Podemos suponer, además, que los contenidos de las aplicaciones nativas estarán en algo muy parecido a HTML y CSS, si quien sea tiene alguna esperanza de servirlo a múltiples plataformas…

    Si sumamos las características que no gustan en los medios del modelo iTunes con las que sí les gustan de HTML5 en el navegador móvil, la conclusión era sencilla: desde ya el Financial Times ofrece un app.ft.com. Al visitar esa página desde el navegador nativo de iOS la ‘landing page‘ guía al usuario para añadir la ‘app’ a la pantalla inicial del dispositivo e intenta hacerse un lugar de pleno derecho en ese espacio, utilizando la web para ofrecer contenidos de pago y gratuitos al lector, sin [tanta] intermediación de los de la manzana.

    Nadie puede prever si la cosa tendrá éxito: ahorrarse el 30% de la comisión no es despreciable, pero también es muy cierto que, a cambio, en el FT desprecian la ‘labor del quiosquero’ y por tanto dejan de contar con la ayuda del que probablemente sea, a día de hoy, el mejor escaparate del mundo. A lo mejor dentro de un año navegamos por un mar de subdomios app.loquesea.com, a lo mejor el FT lanza una app nativa para iOS dentro de tres meses.

    En cualquier caso, habrá que estar atentos…

  • En el mercado de smartphones, ganan todos…

    …como si de unas elecciones se tratase (con la posible excepción de Research In Motion y sus Blackberrys).

    Han salido los números para el tercer trimestre de 2010 de Gartner, y la cosa pinta bien para casi todo el mundo, por poco que se quiera ver el vaso medio lleno…

    • En tercer lugar del mercado tenemos a Apple, con más de 13 millones de dispositivos vendidos. Que puede ser que el tercer lugar ‘no mole’, pero vender 13 millones de unidades, cuando se tiene un catálogo con cuatro líneas (iPod Touch, iPhone 3GS, iPhone 4 y iPad) es como para hacerles un monumento. Y los beneficios que eso significa en Cupertino son de órdago e incomparables con los que pueda tener todo el resto del mercado.

    • En el dos está Android. Que con todos sus problemas con lo fraccionado que está su mercado, han colocado 20 millones de unidades, que se dice pronto. Y los fabricantes, aunque obviamente no pueden ni soñar con los números de Apple, pueden acceder al mercado ‘smartphone’ con costes decididamente bajos. Hasta los más adictos a la manzana deberían estar agradecidos: el acicate de Android para hacer avanzar los dispositivos iOS (y abrir un poco la política de Apple) es induscutible.
    • Y en el número uno, el cadáver más fresco de todos los tiempos: Nokia. Los fineses han puesto en circulación nada más y nada menos que 29 millones de móviles Symbian en el mercado. Nadie discutirá que hoy en día S60 es la gama baja de este segmento. Que ni S^3 les va a poner en la órbita de sus competidores. Que a Meego le queda una eternidad, que de momento no llega ni a incógnita y que, por muy bueno que sea cuando llegue, llegará tarde a un mercado con hasta cuatro alternativas entre sólidas y solidísimas. Pero aún así… veintinueve millones. Discuta usted con ese número.

    Si uno quiere hablar de perdedores, desde luego hay dos:

    • Microsoft, que no llega a dos millones y medio de unidades, con un ridículo 1.5% de cuota. Pero claro. Acaban de lanzar Windows Phone 7…
    • Finalmente, RIM está un poco por debajo de los 12 millones y, desde el mismo trimestre del año anterior, ha perdido casi seis puntos de cuota.

    Tres ganadores, un perdedor con producto nuevo acabado de lanzar y otro que, con la tontería, ha colocado doce millones de unidades… No está mal, el mercado…

  • Prensa y tecnología

    Y porque de lo que entiendo un poco es de tecnología: mucho me temo que todos sabemos que la cosa vale para cualquier otro campo… Atención a la noticia de hoy:

    Titular de ElPaís.com: Apple creo el ratón y ahora lanza su alternativa
    ¿Hipérbole? ¿Imprecisión? Naaa…

    No discutiremos aquí que Apple es una compañía tremendamente innovadora (sería baladí). No entraremos en la «ligera exageración» del «Apple creó el ratón» (fue Doug Engelbart, que lo presentó en «la madre de todas las demos», pero hay que reconocer que efectivamente fue Apple la compañía que lo llevó al público masivo). Y olvidaremos que Wacom tiene la Bamboo Touch en el mercado desde hace bastante (van a quedar como un error de redondeo, en cuanto a ventas, y no dudaremos de que la implementación de Apple sea mejor: muy probablemente lo es).

    Pero presten atención a la frase (el énfasis es mío):

    Y para que el usuario pudiera interactuar con el ordenador lo dotó de un ratón, llamado Lisa, para desplazar el cursor por la pantalla y con un click activar las funciones de los programas que le dan vida.

    Esa, señores, es una metedura de pata digna de escarnio público…. Porque esto es un Apple Lisa:

    Foto del Apple Lisa
    Uno de los ordenadores personales más revolucionarios de la historia (clic para acceder a la fuente de la imagen)

    Y digo yo que confundir un ordenador con un ratón no es de recibo. ¿no?

    (Para los que quieran documentarse, la entrada de la Wikipedia es la solución. Como resumen, baste decir que el Lisa, lanzado a principios de 1983 a un precio estratosférico (9995 dólares que la Wikipedia dice que, ajustando la inflación, serían más de 20,000 hoy) que lo condenó a un desafortunado fracaso de ventas pero que no impidió que materializara en un ordenador ‘comprable’ muchos de los inventos de la ‘madre de todas las demos…)

  • Si no tienes nada que decir, no digas nada

    Una diapositiva de una presentación afirma que hay menos de una llamada interrumpida adicional por cien llamadas al comparar el iPhone 4 con el iPhone 3GS
    ¿Y? (Crédito de la foto, engadget; clic en la foto para acceder al original)

    No pasa con frecuencia que uno pueda criticar a uno de los mejores «presentadores» de los que tengamos constancia. O sea que, para una vez que nos deja, aprovecharemos la ocasión… Para los que no sean conscientes del contexto, Apple ha tenido una cierta crisis (al menos de comunicación) en Estados Unidos por los [presuntos] problemas de recepción del iPhone 4 (véase) y ayer celebró una rueda de prensa sobre el tema, en la se mostraba la diapo que abre esta entrada, que comete el egregio crimen de no decir absolutamente nada.

    La vida del fabricante de teléfonos es dura, sobre todo cuando se casa, como pasa con frecuencia, con operadores de telefonía, ya que las normas de esos matrimonios suelen incluir todo tipo de cláusulas de secretismo que no permiten ser transparente ni aún queriendo. En el caso de la los problemas de recepción del iPhone 4 (un teléfono que me parece una absoluta virguería, por otra parte, aunque «no es mi tipo» y no tengo intención de comprarlo), difícilmente podrá Apple publicar los datos de llamadas perdidas que obran en poder de la operadora AT&T.

    Así que, ¿cómo cuantifica Apple esos problemas? (Se trata de un problema nada baladí, pero esa es otra historia.)

    Menos de una llamada adicional interrumpida por cien llamadas en comparación con el iPhone 3GS

    ¿Quiere decir algo ese dato? Sin más información, absolutamente nada. Supongamos por un momento que ese «menos de una» significa, exactamente 0,1 (seguramente sea mayor: si no, imagino que AT&T habría corrido a decir «menos de una cada mil»). La cuestión es… ¿cuántas llamadas se interrumpían con el iPhone 3GS?

    • ¿Diez de cada 100? (Espero que no: dicen que el servicio de AT&T es malísimo, pero un 10% sería verdaderamente patético) En ese caso hemos pasado de 10 a 10,1, un incremento del 1%. Poca cosa.
    • ¿Una de cada 100? En ese caso pasamos de 1 a 1,1. Un incremento del 10%. Un verdadero problema.
    • ¿Una de cada 1000? En ese caso pasaríamos de 0,1 a 0,2. Un incremento del 100%. Una verdadera catástrofe.

    ¿Cuál es la realidad? No tenemos ni la más remota idea. Y el presentador ha invertido una diapositiva, y el tiempo de su audiencia en, insisto, no decir absolutamente nada.

    La entrada no pretende, por una vez, criticar el cacharrito de Apple: sólo una política de comunicación que me parece un insulto a la inteligencia de la audiencia, aunque las pocas entradas en la blogocosa que he leído el tema se han tragado el anzuelo entero y no dudan en calificar el problema como ‘poca cosa’. Y podría ser, y seguramente es, poca cosa, pero Apple no ha dado ninguna información al respecto.

  • ¿Apple a por Adobe?

    Parece bastante claro, aunque habrá que confirmar acontecimientos… Según cuenta John Gruber (que no suele equivocarse en estas cosas) con los anuncios de hoy de Apple también se han producido cambios en el ‘acuerdo de licencia del programa de desarrolladores para iPhone’, al que se ha añadido (la traducción es mía, y sin garantías, pero no creo equivocarme mucho):

    Las aplicaciones deben haberse escrito originalmente en Objective-C, C, C++, o JavaScript tal y como lo ejecuta el iPhone OS WebKit engine, y sólo el código escrito en C, C++ y Objective-C puede compilarse y enlazarse directamente contra las APIs documentadas (por tanto, las aplicaciones que enlacen a APIs documentadas a través de una traducción o capa de compatibilidad intermedias quedan prohibidas).

    Esto niega automáticamente (me gustaría que Gruber se equivocase, pero no tiene la pinta) la principal novedad que iba a traer Flash CS5 (cuya salida al mercado es inminente): la capacidad de compilar aplicaciones de forma que corran en el iPhone y el iPad. Nótese, además, que aunque la versión 4 del iPhone es para dentro de unos meses, el cambio en la cláusula del contrato es de efecto inmediato, con lo que parece (llámenme malpensado) lanzado directamente contra la línea de flotación de Adobe. Y, a fe mía, que se trata de un tiro extremadamente certero y doloroso. Siempre según Gruber, además, parece que es fácil distinguir una ‘app’ creada con Flash, con lo que no hay manera de hacer trampa.

    En primer lugar, tengo que decir que no creo que haya ningún recurso legal para luchar contra la medida tomada en Cupertino: Apple no tiene ningún monopolio y, por tanto, no se puede decir que esté abusando de ninguna posición dominante. En segundo lugar, que no se me ocurre tampoco cómo pueda ser una mala decisión para Apple, que apenas cuenta con un puñadito de aplicaciones en la App Store desarrolladas con Flash. En el peor de los casos, Adobe podría decidir dejar de lanzar toda su suite CS5 para OS X, pero me da a mí que eso le iba a hacer más daño, al menos a corto plazo, a la propia Adobe que a Apple, o sea que dudo mucho que suceda. Y en tercer lugar, que Adobe no tenía ninguna garantía de que el proceso que usaban para compilar ‘hacia el iPhone’ fuese a seguir funcionando, puesto que se basaba, de arriba a abajo, en la ingeniería inversa y eso tiene sus riesgos.

    Y, a pesar de ello, de que no se me ocurre nada racional en contra de la decisión, me parece que demuestra el grado de obsesión por el control y de la mala baba que se gasta Steve Jobs cuando se pone (lo cual no niega que sea un tipo genial y que su compañía le pase la mano por la cara al resto del planeta en todo lo que se refiere a experiencia de usuario). Fijémonos que no se están rechazando aplicaciones por su bajo rendimiento, mal funcionamiento o abuso de recursos del sistema (que ya podría ser que las aplicaciones que generase Flash CS5 pecaran de ello, pero ya hay unas cuantas aprobadas en el App Store, o sea que no creo que esa sea la excusa) sino de cerrar el paso a cualquier método de desarrollo que no provenga directamente de Cupertino (Gruber comenta que hay un manojo de otras herramientas de desarrollo ‘no oficiales Apple’ que también se van a quedar por el camino).

    Víctimas colaterales van a ser los pequeños desarrolladores (pocos serán, ciertamente) que pretendiesen explotar Flash CS5 para crear aplicaciones con una lógica única y que con relativamente poco esfuerzo en el diseño de la interfaz pudiesen ejecutarse sobre Windows, OS X y Linux en el escritorio (gracias a Air) y sobre iPhone/iPad, Android, Blackberry y lo que saque Nokia en el campo móvil/tabletas. También se queda por el camino mi sueño de que Adobe decidiese crear una herramienta de autor simple sobre la tecnología de Flash y volviésemos a la época de HyperCard o Amiga Vision, pero eso era soñar despierto y no tiene demasiada importancia.

    Pues bien, si lo que pretendía Jobs era hacer mucho daño a Adobe sólo queda felicitarle por el golpe que acaba de dar (digo yo que en Apple tendrán bastante a punto una alternativa ‘de la casa’ a Photoshop, que creo que es la única herramienta Adobe cuya desaparición podría doler un poco a Apple si Adobe decidiese retirarla).

    Eso sí, apúntenme al campo antiApple. Y, por favor, que nadie defienda modelos ‘open loquesea’ mientras esgrime algo con el logo de la manzana en mi cercanía, porque me va a oír hablar de coherencia con, digamos, bastante vehemencia.